Los hosteleros españoles han reclamado este martes ayudas directas ante la crisis que atraviesan por las restricciones durante la pandemia y en su protesta, por las calles de todo el país, han tirado platos al suelo en señal de denuncia.
"Estamos hartos de pagar los platos rotos", ha afirmado el presidente de Hostelería de España, José Luis Yzuel, quien ha participado en una concentración en Madrid, frente al Ministerio de Hacienda.
Una docena de responsables patronales han acudido a la protesta en la capital y varios de ellos han lanzado platos, rompiéndolos contra el suelo, en un acto simbólico que se ha repetido en provincias españolas, en las que se han convocado manifestaciones.
Según Yzuel, el sector se ha convertido en el principal perjudicado de las restricciones y el Gobierno "cada día es más consciente de que las ayudas tienen que llegar sí o sí" para que las empresas puedan seguir vivas.
CIERRES Y PÉRDIDAS
El presidente de Hostelería de España ha advertido de que la situación ya es "extrema" para los dueños de bares y restaurantes, por lo que es "urgente" que se adopten nuevas medidas.
En declaraciones a los periodistas, ha recordado que el sector perdió más de la mitad de su facturación en 2020 por la pandemia (unos 70.000 millones de euros menos, según cálculos de la patronal).
Por el momento, estiman que ya han cerrado 85.000 de los cerca de 300.000 establecimientos dedicados a la hostelería que había en España antes de la crisis, aunque el número puede aumentar hasta los 100.000 locales, dadas las actuales circunstancias.
Junto a Hostelería de España, se han movilizado representantes de los bares madrileños y las cadenas de restauración organizada, que han cargado contra la disparidad de restricciones aprobadas por las comunidades autónomas.
"Ahora mismo no se puede dar cenas prácticamente en toda España", ha lamentado Yzuel, quien ha puesto a la Comunidad de Madrid como caso excepcional por sus menores limitaciones.
La patronal reclama un "paquete" de medidas por valor de unos 8.500 millones de euros para ayudar a la supervivencia de las empresas, en línea con lo que han hecho otros países europeos.
Además, los hosteleros están trabajando con varios bufetes de abogados para que sus asociados puedan presentar demandas colectivas contra el Ejecutivo central y los diferentes gobiernos autonómicos.
MANIFESTACIONES REGIONALES
En Murcia, la federación regional de empresarios y hostelería Hostemur ha exigido un plan estatal de rescate con ayudas directas mientras arrojaba platos contra el suelo ante la Delegación del Gobierno en un acto contra "el señalamiento" al que están sometidos.
Los hosteleros de Castilla y León han repetido el mismo gesto, después de que el 20 % de ellos haya tenido que cerrar sus negocios, según la presidenta de la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería de Valladolid, María José Hernández, quien ha criticado que se les culpabilice de esta crisis sin que haya "un solo dato" que lo avale.
Durante su concentración, los hosteleros vascos han recibido como "un éxito" la decisión del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco de aceptar cautelarmente su petición de permitir reabrir los locales de los municipios ubicados en zona roja por tener alta incidencia de covid-19.
En Cantabria, además de denunciar la situación del sector, los manifestantes han solicitado un plan que agilice la vacunación de los profesionales de la hostelería, que están "altamente expuestos", y han criticado las cantidades "ridículas" que reciben de ayudas regionales.
Cientos de personas han protestado en La Rioja, donde la actividad no esencial está cerrada desde el 22 de enero, para pedir que los hosteleros riojanos puedan trabajar y se amplíen los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) durante 2021.
Por su parte, los hosteleros navarros han escenificado el mismo acto simbólico y portaban carteles que simulaban esquelas; han afirmado que no van a pagar "los platos rotos" de la pandemia, ya que con los establecimientos abiertos o cerrados "la incidencia es la misma".
En Ibiza, la Asociación de Bares y Restaurantes de la Isla de Ibiza (ABRE) ha cuestionado las "escasas" ayudas del Govern balear, al tiempo que ha destacado que la mayoría de los negocios son insolventes desde marzo de 2020 por el "patrimonio que han cedido al Estado por el bien común y las restricciones que han acatado".
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