Si buscamos coches de segunda mano en Sevilla, o de cualquier otra ciudad española, hay que tener en cuenta una serie de pasos que no debemos saltarnos nunca con el fin de que la compra llegue a buen puerto y no nos engañen.
A continuación vamos a ver una serie de consejos que harán que compremos una buena unidad de segunda mano, con independencia de la marca y modelo del coche.
Hay que tratar de comprar siempre a alguien con referencias
Comprar un coche de segunda mano no tiene por qué ser una lotería, si elegimos bien a quién le compramos el vehículo.
Algo que reduce mucho la posibilidad de tener problemas una vez que tenemos el coche en casa es comprarlo a alguien con referencias, a alguien conocido. Puede ser un familiar, un amigo, un conocido, el mecánico al que le llevamos siempre nuestros coches o incluso a un concesionario especializado en coches de segunda mano cuyos clientes están contentos.
Comprar el vehículo a alguien con estas referencias no impide que nos engañen, pero reduce mucho esta posibilidad.
Pedimos un informe completo a Tráfico
Pedir un informe a Tráfico es muy barato y con él podemos evitar muchos problemas, sobre todo de tipo legal, aunque no son los únicos.
Con este documento vamos a saber si sobre el coche hay algún tipo de carga como un embargo, que impida que lo pongamos a nuestro nombre. Veremos cuántos propietarios ha tenido, si ha pertenecido a una empresa o un particular y también los km que han ido anotando en cada ITV.
Mejor si se puede demostrar el mantenimiento
Los entendidos en coches dicen que no hay que fijarse tanto en los km, sino en cómo ha sido mantenido el coche.
Al ver un coche de segunda mano pediremos el libro de mantenimiento oficial, para comprobar si ha pasado las revisiones y tiene el sello correspondiente. Si no hay libro de mantenimiento, algo normal dado el precio de las revisiones en los concesionarios, podemos pedir las facturas de las visitas al taller que ha hecho el coche.
Nos fijaremos, sobre todo, en lo que podemos denominar “grandes mantenimientos”, como los cambios de correa de distribución, de embrague, intervenciones en la caja de cambios, etc.
Nos informamos sobre los problemas de ese modelo
Gracias a Internet, en un momento podemos buscar qué problemas ha tenido el modelo de coche que vamos a ver. Los hay de todo tipo y en todas las marcas, incluso en las más caras.
Muchos de estos problemas se arreglan cuando los coches aún tienen garantía, de manera que preguntaremos al vendedor si se han solucionado los problemas típicos, los más conocidos.
Esta información, además, nos ayudará a evitar las motorizaciones más conflictivas, pues hay motores que han dado muchos problemas.
Dejamos para el final el paso más importante al hacer la compra de un vehículo usado: la prueba.
En la prueba es donde vamos a ver cómo está el coche. Nos daremos cuenta de si la suspensión rebota mucho, si frena bien, si la dirección está en buen estado, de si todas las marchas entran con suavidad, etc.
Es conveniente acudir con alguien que sepa de coches, lo que nos dará más garantías de no equivocarnos al comprar el coche.
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