Notas de un lector

Esa paz que no conoce el miedo.

Bajo el título “Poemas enjaulados” (Pre-Textos. Valencia, 2020) se reúne un amplio conjunto de poemas de Mahvash Sábet

Publicado: 09/12/2020 ·
10:52
· Actualizado: 09/12/2020 · 10:52
  • Poemas enjaulados
Autor

Jorge de Arco

Escritor, profesor universitario y crítico. Académico de la Real Academia de San Dionisio de Ciencias, Artes y Letras

Notas de un lector

En el espacio 'Notas de un lector', Jorge de Arco hace reseñas sobre novedades poéticas y narrativas

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Bajo el título “Poemas enjaulados” (Pre-Textos. Valencia, 2020) se reúne un amplio conjunto de poemas de Mahvash Sábet. Nacida en Irán en 1953, cursó estudios de pedagogía y psicología en la Universidad de Teherán. Tras ejercer varios años la docencia, en 2008 fue detenida por el gobierno de su país por ser miembro de la comunidad bahá´í. Sentenciada a veinte años de cárcel, fue puesta en libertad en 2018.

Ahora, muchos de aquellos poemas escritos en prisión, ven la luz gracias a las traducciones al castellano de RymaSheermohammadi y Amaya Blanco.

     En su prólogo, MahnazParakand, quien fuera abogado defensor de MahvashSábet durante su proceso judicial, da cuenta de las dificultades, injusticias y presiones sufridas por el colectivo bahá´í en Irán. Y, aún más,para con el denominado Yarán, un consejo informal formado por siete personas, que se ocupaba de coordinar las actividades de dicho grupo, y que fuera finalmente acusado de “espionaje para Israel y de propaganda blasfema contra la República Islámica”. Mas una década privada de libertad, soportando las condiciones infrahumanas de prisión, esquivando las amenazas y la violencia de las internas, no mermaron las fuerzas de Sábet, quien pudo servirse del verso como bálsamo mejor para aliviar la tristeza y el encierro.

     Destacan las citadas traductoras en su prefacio la resiliencia que anida en estos poemas, en los cuales el lector no hallará resentimiento ni odio, sino “esperanza, luz, ¡ternura¡”. En 2017, la escritora británico-iraní BahíyyihNakhjaváni tradujo estos textos al inglés, los cuales recibieron el premio PEN internacional de ese mismo año.

Ahora, al hilo de dichas versiones, del original persa, y con las oportuna consideraciones de la propia MahvashSábet, llega la ocasión de profundizar en una escritura íntima y reveladora, envuelta en el dolor, pero sin apartar de su diario acontecer las necesarias briznas de ilusión y certidumbre.

 

     Si dividido el ocho apartados, “Diario de la cárcel”, “Los muros de la cárcel”, “Retratos de la cárcel”, “Plegarias de la cárcel”, “Cavilaciones carcelarias”, “Prisiones de fe”, “Fariba” y “Otras dedicatorias”, el volumen puede leerse como un diario homogéneo, como un diálogo sostenido frente a la sinrazón: “Es  muy sombrío/ el camino entre el techo y estas cuatro paredes./ Dondequiera que miro la vida se repite,/ (…) Afuera, tan claro el cielo azul/ con las olas y el viento./ ¡Qué mar de regocijo!/ El oleaje, el bote, el amante/ nadando por doquier/ y yo con esa paz que no conoce el miedo./ (Te venceré tarde o temprano, quienquiera que seas,/ donde quiera que estés)”.

     El agotamiento, la fiebre, la angustia por la falta de luz, de agua, la soledad, el hacinamiento…, se tornan materia lírica entre estas páginas donde el poder de la palabra sirve para queel mensaje último no se convierta en una simple convocatoria a la rebeldía, sino en una propuesta para no renunciar a los anhelos.

A su vez, el cariño de sus familiares, de su entorno, de sus gentes, de su insobornable origen, provocan, en ocasiones,  en la autora iraní esa eterna contradicción de quien se siente amante de su tierra, pero a su vez involuntaria prisionera.

    En suma, un libro reivindicativo y honesto, dador de una realidad hiriente que no debe olvidarse y que hace papable como amar y crear son los oficios más dignos del ser humano: “Si no me he muerto aquí/ es porque no pueden arrebatarme/ aquello que jamás voy a perder”.

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