La Dirección General de Tráfico va a realizar una campaña de vigilancia y control del transporte escolar desde mañana, 30 de noviembre, y hasta el 4 de diciembre, que permitirá detectar cualquier irregularidad, tanto de las condiciones del vehículo, como de los conductores y de la documentación en los autobuses escolares.
En la última campaña de este tipo desarrollada por la DGT en la provincia de Cádiz, a principios de febrero de este año, se controlaron 55 vehículos, 18 de los cuales (el 32,73%) fueron denunciados por 26 infracciones, la mayoría relacionadas con la autorización que habilita al transporte escolar (11 casos) o con el seguro de responsabilidad ilimitada (11 denuncias), así como con otras deficiencias en los vehículos.
Hay que destacar en esta campaña que en carretera ningún conductor dio positivo, ni en la prueba de alcoholemia ni en la de drogas. Tampoco ninguno de los vehículos fue denunciado por exceso de velocidad, lo que pone de manifiesto que la mayoría de las irregularidades son de tipo administrativo.
La importancia de este tipo de transporte en zona urbana, fundamentalmente en determinados lugares donde existe mayor concentración de colegios, hace importante la participación de las Policías Locales de los municipios, junto a los controles en vías interurbanas que realizarán los agentes del Subsector de Cádiz de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil.
Con esta campaña se intensifican los controles rutinarios y periódicos que realiza la Dirección General de Tráfico a lo largo de todo el año para verificar que estos vehículos cumplen con las condiciones que les son exigidas; comprobando que las autorizaciones y documentos que deben tener son los correctos para la prestación del servicio; verificando las condiciones técnicas y los elementos de seguridad, así como los requisitos especiales que debe cumplir el conductor, como el permiso de conducción o los tiempos de descanso.
Desde el curso escolar 2007-2008, todos los vehículos dedicados al transporte escolar y de menores deben estar adaptados a determinadas condiciones de seguridad, como la obligatoriedad de que los menores vayan acompañados en el autobús por una persona debidamente cualificada, la antigüedad máxima de los vehículos destinados a este tipo de pasajeros, el seguro de responsabilidad civil ilimitado o la obligatoriedad de llevar señal de transporte escolar, entre otros, de singular importancia.
De entre ellos destaca la necesidad de que los autobuses lleven instalados sistemas de retención, ya que la máxima es que los menores vayan correctamente sentados y abrochados o con un dispositivo adecuado a su peso, talla y edad. Está comprobado que, a 50 kilómetros/hora, velocidad máxima permitida en vías urbanas, las posibilidades de que un niño sobreviva sin ninguna medida de seguridad es prácticamente nula y que, ni siquiera a poca velocidad, se garantiza su supervivencia.
Además, a partir de 2013, todos los camiones y autobuses nuevos de la UE deben contar con un sistema de frenado de emergencia que se active automáticamente cuando detecta la posibilidad de una colisión.
El 90% de los accidentes que se producen durante el transporte escolar tienen lugar en el momento de subir o bajar del vehículo, o justo en los instantes inmediatos y, en muchos casos, se trata de atropellos causados por una distracción del menor, del conductor del transporte escolar, o de los acompañantes.
La creación de una red de caminos escolares seguros que faciliten el desplazamiento hasta las escuelas a pie, en bicicleta o en transporte público, así como que no haya ningún fallecido sin sistema de retención infantil, son objetivos de la Estrategia Española de Seguridad Vial 2011-2020 de la DGT.
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