Empresarios de la Hostelería, camareros, cocineros y proveedores se han echado este jueves a la calle en una manifestación en la capital convocada por la Asociación Empresarial de Hostelería y Turismo ‘Hostur-Jaén’, de la mano de la Federación de Empresarios de Hostelería de Andalucía ‘Horeca’, que partió desde la plaza de Santa María y finalizó ante la Subdelegación del Gobierno.
En esta última parada, leyeron un manifiesto y escenificaron la entrega ‘simbólica’ de las llaves de sus negocios.
‘Estas son las llaves de mi negocio. Rogamos hágase cargo de él’ rezaba en una pequeña pancarta que permaneció en el suelo, rodeada de llaves de bares, restaurantes y cafeterías de Jaén, para denunciar que las restricciones horarias que les obligan a cerrar a las seis de la tarde, desde el pasado 10 de noviembre, les aboca a la ruina.
Bajo el lema ‘Sin ayudas nos arruinan’, la manifestación transcurrió sin incidencias, con medidas de seguridad como el control de la distancia social. Pero fue ruidosa. Los hosteleros marcaron el ritmo de sus pasos al son de una cacerolada en la que no faltaron utensilios de cocina para hacer sonar la “indignación generalizada del sector”.
La manifestación se prolongó durante una hora, tiempo que permanecieron cerrados algunos establecimientos hosteleros de la capital, no todos.
“Reivindicamos que nos dejen trabajar. Nos restringen el horario hasta un límite que hace que sean inviables nuestros negocios. Con un 30% de actividad en los negocios, se nos está obligando a pagar el 100% de gastos corrientes, alquileres, el IBI(…). Lo más justo es que si no nos dejan trabajar, nos den las ayudas correspondientes a las limitaciones y restricciones que se nos han impuesto”, defendió Ramón Calatayud, consejero empresarial de Hostur-Jaén, en nombre de los responsables de los 3.500 establecimientos hosteleros con actividad en la provincia.
En la misma línea, reconoció que “ya no valen más créditos y avales”, porque lo que necesitan es “un rescate integral del sector” y “ayudas directas” que les permitan “seguir sobreviviendo”, aclarando que no se les puede situar “en el centro de la diana como los culpables de la expansión de la pandemia, cuando según datos del Ministerio de Sanidad, la Hostelería sólo supone el 2,2% de los contagios a nivel nacional”.
La manifestación fue apoyada por alrededor de mil profesionales del sector, según datos de la Subdelegación del Gobierno, que defendieron unidos, de forma masiva, su derecho a seguir trabajando. “Es el momento de alzar la voz. Estamos al límite”, dijo Calatayud.
También fue secundada por la Asociación de Empresarios del Centro MÜY Jaén, que desde la entrada en vigor de las restricciones denuncian con una ‘apagado de escaparates’ a las seis de la tarde, que “se apagan sus ilusiones y la vida de una ciudad que se quedará sin comercio y hostelería”.
Pidieron la aplicación de ayudas directas a fondo perdido para la supervivencia de las empresas y los autónomos durante el período de estado de alarma, la moratoria automática hasta 2022 de los periodos de carencia de la devolución de los créditos concedidos por el ICO y los bancos, la modificación de la regulación de los alquileres que contemple la situación de estado de alarma, toque de queda o pandemia, que permita la eliminación total del pago o la reducción proporcional durante los períodos de cierre de franja horaria; y la derogación de la cláusula de los ERTE, en relación al mantenimiento del empleo en los seis meses siguientes a la reanudación de la actividad.
El presidente de la Junta de Andalucía, Juan Moreno, anunció ayer 660 millones de euros para ayudar a empresarios y autónomos.
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