Un tribunal de jurado se va a encargar de enjuiciar a J.C.P.L., el hombre de 42 años acusado de acabar con la vida de una mujer en una vivienda de la calle Agua Amarga de Almería en marzo de 2018 tras asfixiarla con un cojín después de mantener una discusión con ella; hechos por los que la Fiscalía pide 14 años de prisión.
La vista tendrá lugar a partir del 16 de noviembre en la Sección Tercera de la Audiencia de Almería y se extenderá durante seis días, según el auto de hechos justiciables consultado por Europa Press, en el que se interesa el interrogatorio de 40 testigos entre allegados a los hechos y agentes policiales y el informe pericial de 15 especialistas.
Según la calificación provisional de la Fiscalía, los hechos tuvieron lugar sobre las 21,30 horas del 6 de marzo y las 3,30 horas del día siguiente en 2018, cuando el acusado habría acudido al domicilio de la víctima, identificada como M.C.G., de 48 años y nacionalidad argentina, en el que la Policía Nacional identificó un punto de venta de sustancias estupefacientes.
La acusación del fiscal identifica al hombre, al que achaca la autoría de un homicidio consumado, como "amigo, cliente y colaborador" de la víctima, por lo que además aplica la agravante de abuso de confianza para fijar la petición de las penas, entre las que también solicita una indemnización de 120.000 euros para seis de los herederos legales de la víctima, a excepción de uno de sus hijos, que no reclama nada.
El relato del Ministerio Público apunta que, en un momento determinado de la noche, el acusado y la víctima iniciaron una pelea en la que J.C.P.L. golpeó a la mujer para después, "con la intención de acabar con la vida" de ella, "cogió un cojín, poniéndoselo sobre la cara, asfixiándola, causando su muerte" debido al cierre de las vías respiratorias.
La detención del acusado se produjo apenas 13 horas después del hallazgo del cadáver, que fue encontrado en la vivienda en la que se habían habilitado varias habitaciones para el cultivo intensivo de marihuana. Ante la ausencia de signos externos de violencia, en un primer momento se estimó una posible muerte por causas naturales hasta que la autopsia determinó una posible asfixia.
Los investigadores centraron su investigación sobre las personas que visitaban con frecuencia el lugar, entre ellas al sospechoso, que la noche en que se produjo el homicidio no acudió a su puesto de trabajo. Tras minuciosas pesquisas, la Policía consiguió situarlo en el domicilio de la víctima durante las horas en las que se produjeron los hechos delictivos, según su propia investigación.
Con toda la información recabada, la Policía puso en marcha un dispositivo policial por toda la ciudad encaminado a la localización del sospechoso, al que también se acusó inicialmente de un delito de robo y otro contra la salud pública.
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