El festival de Cine Africano de Tarifa-Tánger (FCAT) celebrará su edición de este año tanto de manera presencial, en la localidad gaditana, como virtual, a través de la plataforma Filmin.
Así lo ha indicado hoy la organización del festival, que ha celebrado su presentación de su 17ª edición en el Ayuntamiento de Tarifa, una edición que tendrá lugar del 4 al 13 de diciembre.
Será la primera vez que este festival, se celebre fuera de sus fechas habituales, en primavera, debido a la pandemia de Covid-19.
Las sesiones presenciales en Tarifa, en las que se proyectarán películas y habrá encuentros con directores e invitados, girarán alrededor de cinco ejes temáticos:
Guinea Ecuatorial, los 60 años de independencias africanas, el racismo en los países occidentales, el humor en los cines de África y, de nuevo, a la producción latinoamericana dirigida por afrodescendientes, en el ciclo La tercera raíz.
Estas sesiones tendrán lugar en espacios tarifeños como el teatro Alameda, la iglesia de Santa María y el hotel El Convento entre los días 4 y 8 de diciembre.
La directora del FCAT, Mane Cisneros, considera que, a pesar las circunstancias, “el festival llegará a mucha más gente y será conocido por otros públicos que no pudieron disfrutar de las anteriores ediciones en Tarifa y Tánger”.
Por otra parte, la plataforma Filmin emitirá del 4 al 13 de diciembre las secciones oficiales del FCAT, “Hipermetropía” y “En breve”, que constará de largometrajes, documentales y cortometrajes de donde saldrán los filmes premiados en esta edición especial del festival.
En cuanto a la parte marroquí del festival, debido a la prohibición de celebración de eventos en este país, se han programado sesiones “online” en colaboración con las sedes del Institutos Cervantes de Tánger y Tetuán y la municipalidad de Chefchaouen, además de asociaciones y ONG que operan en la zona.
Asimismo, durante la presentación del FCAT ha sido desvelado el cartel del mismo para este año, obra del diseñador y arquitecto marroquí Omar Kdouri , perteneciente a su serie Moroccan Minimalism, que constituye un homenaje a las fuentes históricas de Fez, y al zellige, su tradicional decoración coloreada de mosaicos geométricos.
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