Andalucía

Turismo de Raíces: las rutas del fascinante pasado sefardí de Andalucía

Tantos siglos de presencia en tierra española dejaron un espectacular legado sefardí a lo largo de toda la geografía nacional, pero sobre todo en Andalucía

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  • Palacio de los Olvidados. -
  • El mayor esplendor cultural sefardí en Andalucía propició el florecimiento de las juderías de Córdoba, Sevilla, Málaga, Granada y Lucena
  • Turismo de Raíces propone tres rutas totalmente organizadas y completas por la Andalucía de Sefarad
  • Mención especial merece Lucena. Este municipio cordobés era y es conocido como La Perla de Sefarad

Contenido promocionado por la Junta de Andalucía

Sefarad es una de las joyas del mundo hebreo. Era el nombre con el que los judíos denominaban a España. La historia de los judíos en la península ibérica arranca en la Hispania romana (desde los siglos III a. C. y el V a. C.), si bien la fecha exacta en que las primeras comunidades judías se instalaron en España es desconocida. Es en la época medieval (entre el siglo V y el XV) cuando los judíos integraron una de las comunidades más propicias y florecientes de toda su historia. Este periodo abarcó tanto el dominio musulmán como los reinos católicos. En el año 1492, el mismo en el que Colón desembarcaba en América, y mediante el Edicto de Granada, los Reyes Católicos ordenaron la expulsión de los judíos de España.

Tantos siglos de presencia en tierra española dejaron un espectacular legado sefardí a lo largo de toda la geografía nacional, pero sobre todo en Andalucía, lugar por el que los hebreos tuvieron especial predilección y donde se encuentran numerosísimos vestigios de su época de esplendor. De hecho, hay consenso entre los historiadores en considerar a Andalucía como el país de los judíos en la época medieval y epicentro mundial de toda la comunidad, ya que en ella estaba ubicada una de las mayores comunidades hebreas del mundo conocido hasta ese momento. Así, estas poblaciones  dejaron a su paso un increíble y rico legado cultural que aún hoy podemos disfrutar al recorrer Andalucía. De esta manera, la importancia que cobraron sus barrios marcan todavía, a día de hoy, el centro de no pocas ciudades andaluzas.


TURISMO CULTURAL

El turismo cultural está experimentando un importante auge en los últimos tiempos. Asimismo, debido a la coyuntura provocada por la pandemia del Covid-19, los viajeros españoles y andaluces apuestan cada vez más por destinos más cercanos. Crece asimismo el interés de los viajeros autóctonos por conocer más sobre el pasado de su tierra, saber de dónde vienen, sus orígenes y lo que los hace únicos. Y, como se ha destacado, el pasado sefardí es una de los rasgos que marcan el presente de Andalucía. El mayor esplendor cultural sefardí en Andalucía propició el florecimiento de las juderías de Córdoba, Sevilla, Málaga, Granada y Lucena. También hay numerosas huellas de la estancia hebrea en muchas ciudades de la comunidad.

Los viajeros que quieran disfrutar del impresionante legado sefardí en la comunidad lo tienen muy sencillo gracias a las rutas de Turismo de Raíces con las que la Consejería de Turismo de la Junta de Andalucía quiere poner en valor toda la riqueza histórica que la comunidad atesora tras siglos de estancia de los hebreos. Este programa busca poner en valor el pasado y su influencia en el presente. Es la idea que puso en marcha las rutas de Turismo de Raíces, "que se nutren de sentimientos y lazos familiares e históricos que unen regiones, países y culturas".

Así, Turismo de Raíces propone tres rutas totalmente organizadas y completas para que el viajero pueda planificar de antemano todo lo necesario para descubrir y admirar las joyas sefardíes que pueden verse por las calles de Andalucía.

LAS RUTAS

La primera ruta se ocupa de las grandes capitales. Son los vestigios sefardíes de Córdoba, Granada, Málaga y Sevilla con itinerarios programados de antemano y todos los lugares de interés marcados en los mapas.

Centro de Interpretación Judería de Sevilla.

Así, en Sevilla la ruta propone visitar la antigua judería de la capital hispalense, ubicada en los céntricos barrios de Santa Cruz y San Bartolomé. Lugares emblemáticos con vestigios sefardíes como el Centro de Interpretación de la Judería de Sevilla, que ofrece una exposición que habla de los judíos que habitaron el barrio y de las transformaciones que en él se produjeron desde la Edad Media hasta nuestros días. Habla también de los hebreos que allí vivieron y de los que abandonaron esta tierra, de las mujeres y de la Diáspora, de sus culturas, usos y costrumbres, de canciones, refranes y cuentos. Otros lugares de interés del itinerario son la Catedral de Sevilla, la Parroquia de Santa María la Blanca, el Callejón del Agua, la Casa de la Memoria y el Palacio de Altamira, que aparecen indicados en los mapas con la ruta a seguir.

En Granada es de obligada visita el Centro de la Memoria Sefardí . Punto de encuentro internacional visitado por judíos de diferentes países. Ubicado en la misma judería de Granada, en pleno centro de la ciudad, el centro realiza un trabajo de memoria para explicar que los judíos llegaron mucho antes que los musulmanes, la historia en la ciudad, sus costumbres, sus idiomas... También destaca el Palacio de los Olvidados, en el histórico barrio del Albaicín bajo, un lugar que es una mezcla de las culturas árabe, sefardí y cristiana. Tiene este curioso nombre por el escudo de la finca, que tuvo que ser borrado por la familia que lo habitaba para convertirse al cristianismo tras la conquista y el Edicto de Granada. En las dos plantas del edificio se pueden encontrar diferentes objetos que ofrecen una visión de la vida de la comunidad sefardí en Granada: su situación ante la Inquisición, el papel de la mujer en su cultura, sus rituales, costumbres y símbolos... Asimismo hace mención a judíos importantes como Samuel ibn Nagrelay, Moisés ibn Ezra o Yehuda ibn Tibbon.

Estatua de Maimónides.

Córdoba, la ciudad de las tres culturas, es uno de los epicentros del sefardismo a nivel mundial. Si bien la presencia judía en la ciudad se estima desde el siglo II a. C. no fue hasta la conquista cristiana en el año 1236 cuando se estableció un equilibrio que permitió a los hebreos prosperar en la ciudad. Ese año significó el reconocimiento de los mismos derechos a cristianos, judíos y musulmanes y asignó a los sefardís el barrio de la antigua judería, en la que incluso les permitió erigir una nueva sinagoga construiría en el año 1315 (y que aún se puede visitar en la Calle Judíos). La ruta comienza con la histórica Puerta de Almodóvar y proyecta la visita a la Calle Judíos, donde se encuentra el Monumento a Maimónides, célebre filósofo, rabino, teólogo, legislador y juez, físico, astrónomo y médico nacido en Córdoba en el siglo XII. También propone lugares emblemáticos como los Baños Califales, el Alcázar de los Reyes Cristianos, el Museo Arqueológico y Etnológico de Córdoba, Plaza de la Corredera, La Iglesia de San Miguel, La Casa Andalusí y el Museo Torre de la Calahorra-Museo Vivo Alandalus, cuyas ocho salas ponen de manifiesto la convivencia y colaboración  entre cristianos, judíos y musulmanes.

La Judería de Málaga es la zona del centro de la ciudad en el que durante la Edad Media habitaba la comunidad judía y está ubicada entre la calle San Agustín y la Calle Alcazabilla. En los jardines situados frente al teatro romano la ciudad homenajea al poeta y filósofo judío andalusí Shelomo Ben Yehuda (Ibn Gabirol). Málaga es conocida por ser una "judería activa", ya que, si bien no hay documentos que atestigüen la presencia hebrea tras su expulsión por parte de los Reyes Católicos, en la actualidad existe una gran presencia de dicho pueblo.

La segunda ruta de Turismo de Raíces, en la Ruta Andalucía Occidental, ofrece paseos detallados por las juderías sevillana, cordobesa y lucentina y en diferentes poblaciones. Así, destacan Niebla, con su sinagoga en la Calle Real y cuyos frescos dan pistas de que fue una de las más importantes de toda Andalucía.

En Cádiz pueden advertirse huellas del legado sefardí por toda la ciudad. La Plaza San Martín luce la representación de una menorá y la Calle Suárez de Salazar la luce una representación de una januquiá. También destacan los Leones de Judá sobre el dintel de una puerta en la Calle San Francisco. En Jerez de la Frontera, su judería aún mantiene parte de sus calles estrechas y trazado.

Mención especial merece Lucena. Este municipio cordobés era y es conocido como La Perla de Sefarad. Era conocida como Eliossana, la ciudad de los poetas y estaba habitada en su práctica totalidad por judíos en la época medieval. Lucena es destino de numerosos viajeros internacionales y centro de peregrinación de judíos de todo el mundo que quieren conocer un enclave histórico excepcional en su historia. Su cementerio judío es el más grande y mejor conservado de toda Europa. En su momento de mayor brillantez Lucena era sede de nada menos que una academia de estudios talmúdicos de fama mundial por la que pasaron eruditos como Ibn Megas, Maimónides o Jehudá ha Leví. Tal es la importancia de Lucena que los cronistas judíos o musulmanes anteriores al Renacimiento europeo la califican como Ciudad de los Judíos durante los siglos IX-XII. Y se trata de un pasado muy vivo, ya que la ciudad está repleta de muestras de este legado, como la antigua Sinagoga, que ahora acoge la Parroquia de San Mateo, la Plaza del Coso (Plaza de España), la escultura del rabí Yosef Ibn Meir Ha-Levi Ibn Megas o la Parroquia y el Barrio de Santiago.

Parroquia de San Mateo de Lucena.

Por último, la tercera ruta, dentro de la Ruta Andalucía Interior, proyecta itinerarios con visitas a la Judería de Córdoba, Lucena y concluye en Jaén, cuyo legado hebreo no se limita a la Judería, sino que puede comprobarese en sus leyendas, tradiciones, gastronomía y noticias históricas. Los lugares más destacados son la antigua sinagoga (que en la actualidad ocupa la Capilla de San Andrés), la Estrella de David en el número 12 de la Calle del Rostro, o la Menorá de la Diáspora situada en la Plaza de los Huérfanos.

Conocer nuestro pasado es entender nuestro presente. Saber de dónde venimos como comunidad. La huella sefardí en Andalucía sigue viva muchos siglos después, no sólo como vestigios visibles en las calles o en sinagogas, sino en nuestras más arraigadas costumbres.

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