Francisco Aurelio Dávila Rosso
Cuando El Puerto de Santa María parecía salvarse de los terroríficos datos que durante la cuarentena cosechaban otras localidades de España, ahora la situación es bien distinta. Pero ¿quién tiene la culpa de esto? Se ha hablado y se habla mucho estos días por la calle y por las redes sociales de si se podía o no haber evitado este rebrote tan agresivo en la localidad. Unos echan la culpa a los eventos celebrados en la ciudad durante este verano, como la famosa y polémica corrida de Toros, los conciertos y festivales o la falta de control y masificación de algunas zonas céntricas y no tan céntricas de la ciudad.
Por tanto, para esos que piensan así, la responsabilidad sería o bien de las concejalías de cultura y plaza de toros, o bien de aquellos locales de ocio que han permitido que no se tomen con el rigor necesario las medidas de seguridad oportunas para este tipo de pandemias. Hay otro sector, que culpa tajantemente a aquellos que durante sus vacaciones, han venido a El Puerto o se han trasladado a sus segundas residencias huyendo de las cifras altas que cosechaban sus lugares de origen.
Para los que apoyan esta teoría, esa gente es la responsable de que en esta zona haya habido un rebrote y las cifras hayan pasado de ser anecdóticas a ser alarmantes. Se dice y con bastante desprecio que han sido "los madrileños" los que huyendo del contagio, han traído el virus a la ciudad. Por otro lado, están los que culpan directamente al Gobierno.
Se culpa al Gobierno de no haber esperado más para iniciar la desescalada, por no haber cerrado las entradas y salidas de las comunidades autónomas y, por supuesto, por tardar tanto en reaccionar al principio, cuando ya nuestros países vecinos se veían hasta el cuello inmersos en la dinámica de la pandemia.
Sea como fuere, lo que si está claro es que todo el mundo tiene parte de razón y que si la ciudad está en la situación que está actualmente, es a causa de diversos factores como los ántes comentados. En cualquier caso, siempre podrán justificarse diciendo que era necesario salvar la economía pero ésto nos demuestra una vez más, que la vida en nuestro pais, aún vale muy poco, y que los mismos que ayer aplaudían en los balcones hoy son los primeros en acudir a una fiesta ilegal, dar la mano o un abrazo a alguien, no guardar las distancias en los bares y no usar la mascarilla.
Esperemos que la Virgen de los Milagros, que en estos días ha vivido recluida su festividad, interceda por esta ciudad de la que es patrona y alcaldesa perpetua ,y consiga frenar lo inevitable, que es que esta pandemia, retroceda en su avance y no vuelva a traspasar los límites de esta ciudad de los Cien Palacios, puesto que esta visto y comprobado, que si depende de nosotros, del Gobierno y de nuestros visitantes, esto no va a hacer otra cosa que no sea sumar contagios y agrandar la tragedia.
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