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“El amor siempre anda revoloteando cerca de mi poesía”

Entrevista con el escritor Miguel Ángel Rincón Peña

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  • Miguel Ángel Rincón regresa con un poemario con el amor como protagonista. -

Estos días ve la luz el poemario ‘El universo entre nosotros’, del escritor pradense y colaborador de este periódico Miguel Ángel Rincón Peña. En sus propias palabras, se trata de una recopilación de poemas amatorios y algún que otro inédito, por lo que reviste especial interés para sus incondicionales. Miguel Ángel Rincón Peña (Ronda, Málaga, España, 1977) vive en Prado del Rey, Cádiz. Es escritor en lengua castellana y ha publicado seis libros de poesía. Interesado en la acción poética, pertenece al colectivo de artistas ‘El fuego de la utopía’ y a ‘Poetas del Mundo’, entre otros. Publica habitualmente artículos y poemas para periódicos y revistas, tanto impresas como digitales. También colabora asiduamente en varias emisoras de radio con secciones culturales. Ha realizado exposiciones de poemas visuales entre los años 2007 y 2009. Es director de la revista cultural ‘El Diván’. En febrero de 2011 fue incluido en el diccionario de autores de la cátedra ‘Miguel Delibes’ de la Universidad de Valladolid. Es también organizador del ciclo cultural ‘Poesía de una noche de verano’ (2008-2014).

Ha presentado sus poemarios y ha dado recitales en Madrid, Cádiz, Córdoba, Ronda, etc. Sus libros han sido prologados por escritores y artistas como Juan José Téllez, Luis Eduardo Aute y Felipe Alcaráz, entre otros. Es además creador y componente de varios grupos de rock and roll. También forma parte de los grupos musicales La Máquina Quimérica, Artistas del alambre o Misterio, actuando en acústico en los recitales de poesía que lleva a cabo el autor. Fue concejal en el Ayuntamiento de Prado del Rey desde 2007 hasta 2019.  Entre sus publicaciones se encuentra ‘La   Tormenta (Ayuntamiento de Prado del Rey, Cádiz, 2003), ‘Elucubraciones de un superviviente’ (Castellar S.L, Castellar de la Frontera, Cádiz, 2006), ‘Espacios compartidos’ (Tiempo de cerezas, Madrid, 2008), ‘Poemas en el equipaje’ (Castellar S.L, Murcia, 2009), ‘La máquina quimérica’ (Atrapasueños, Sevilla, 2014), ‘40 planes de fuga’ (Ed. Seleer, Málaga, 2016), ‘El abajo firmante’ (La Atalaya, ‘Resistencia Cultural’ Cádiz, 2018) y ahora ‘El universo entre nosotros’ (Editorial LXL , Almería, 2020). Fue seleccionado en las antologías ‘Voces del Pueblo’ (Afaden, Prado del Rey, 2004), ‘El cinco a las cinco’ (C.C. Giner de los Ríos, Ronda, 2007, 2008, 2010, 2011 y 2012), ‘65 Salvocheas’ (Quorum, Cádiz, 2011), ‘La poesía es un arma cargada de Celaya’ (Atrapasueños, Sevilla, 2011), ‘Malas Compañías’ (ML, Puerto Real -Cádiz-, 2012), ‘A Rafael Alberti, en memoria compartida’ (Atrapasueños, Sevilla, 2012), ‘Palabras a tiempo’ (Tántalo, Cádiz, 2014) y ‘Libertad’ (Editorial LXL, Almería, 2020).

El amor, tema inmortal e intrínseco a la poesía. ¿Es el amor un sentimiento especialmente inspirador para el autor en estos momentos? ¿Cómo llevar el amor, una vez más, a la poesía sin caer en los tópicos y en lo empalagoso?
–El amor siempre anda revoloteando cerca de mi poesía. El sentimiento de amor es una fuente inagotable de inspiración, no sólo el amor de pareja, sino el amor universal, el amor a la naturaleza, al universo, ese gran misterio del que formamos parte. Trato de huir como buenamente puedo de los tópicos acerca del amor, pero vivimos en una sociedad llena de tópicos y a veces resulta difícil esquivarlos. A pesar de todo, he intentado hablar de amor desde una perspectiva alejada a empalagos y etiquetas.  

El amor, como ese tema sempiterno, es cuestión también de evolución, de madurez. ¿Cómo ha ido cambiando ese sentimiento a lo largo de tu vida y cuál es su reflejo en tu nuevo poemario?
–Ese incipiente y maravilloso amor de cuando se empieza una relación, con sus miradas cómplices y sus besos apasionados (y aparecen esas mariposillas en el estómago que poco a poco van llenando el corazón), es diferente a ese otro amor madurado por los años, más calmado, más sereno y reflexivo. Supongo que es la evolución lógica. Lo que sí es importante, al menos para mí, es que ese amor pasional no desaparezca del todo, que salga a relucir de vez en cuando. Lo mismo ha pasado con mi poesía amorosa, ha tenido esa evolución, pero a veces, repentinamente aparece esa pasión, la que nunca ha de irse del todo.

¿Entiendes que detrás de la acción de amar se esconde un cierto arte?
–Por supuesto. Erich Fromm en ‘El arte de amar’ decía algo así como que el amor es un arte, y como tal, requiere de esfuerzo, disciplina y tiempo. Hay quien cree que amar es un don divino, yo, sin embargo, tengo la certeza de que amar es un arte, y además, una ciencia; el amor es física y química (y algo más, que nadie sabe lo que es).

Se trata de una antología en su mayor parte, una recopilación de poemas. ¿Cuál ha sido el criterio de elección?
–Sí, he creído oportuno hacer una pequeña antología. Tenía la sensación de que había algunos poemas ‘desorientados’ en mis anteriores libros, poemas que se merecían otra oportunidad. Algunos de ellos los dejé tal cual, a otros, en cambio,les cambié el vestido y el peinado; a unos les lavé la cara y a otros le pinté los labios de carmín. La pretensión es ofrecerles una nueva vida.

¿Buscas transmitir algo en concreto con tu nuevo libro o, simplemente, ensalzar el amor una vez más como sentimiento universal?
–Comienza este libro con una cita de Juan Ramón Jiménez que dice: “Parece, cuando se ama, / que el mundo entero tiene rumor de primavera”. Con este poemario intento, humildemente, transmitir amor y esperanza en un mundo lleno de odio y miedo. Sólo hay que poner la televisión para comprobarlo; nos hablan todo el rato de problemas, crisis, crispación, banalidades varias… pero qué poco nos hablan sobre el amor, sobre la esperanza, la ilusión y la alegría. Nada.

En tu vida dedicada a la literatura, a la enseñanza en educación especial, a tu aún pequeña familia, al medio ambiente, a la política… ¿qué amor has descubierto a través de las relaciones humanas?
–Yo siempre he tenido muy presente el amor fraternal, mi relación con los humanos y humanas en estos 42 años de vida me ha enseñado que hay que amar más al prójimo, hay que dar amor al diferente (al fin y al cabo, todos lo somos); amar, de algún modo, a esa persona que, por ejemplo, te saluda por la calle cuando vas camino al trabajo.  Fíjate, si fuéramos capaces de abarcar con la vista todo el universo al completo, nos daríamos cuenta de que nuestro planeta es más diminuto que el menor de los granos de arena de cualquier playa. Si entendiéramos lo insignificantes que somos y lo solos que estamos dentro de toda esa inmensidad, de ese magnífico abismo, comprenderíamos que lo único que merece la pena es amarnos, da igual la forma. Sólo el amor nos puede salvar de ese terrorífico (y a la vez maravilloso) frío azul eléctrico que tenemos sobre nuestras cabecitas.

El libro se llama 'El universo entre nosotros', ¿por qué ese título?
–Dentro del libro hay un poema que se llama así. Es la historia de un cosmonauta que, a millones de kilómetros se acuerda de su amor. Pero están separados por todo un universo. Esa imagen de aquellos primeros cosmonautas, en absoluta soledad dentro de sus pequeñas naves, siempre me han dado cierta melancolía.Ese poema que da nombre al libro es un pequeño homenaje a gente como Valentina Tereshkova y Yuri Gagarin.

¿En qué otros proyectos literarios se encuentra inmerso el inquieto autor?
–Pues ando metido en varios, pero el tiempo, ese bien escaso, no me permite llevarlos a buen puerto. Así que ahí están, en mitad del mar, esperando atracar en algún lugar. Seguramente, lo próximo sea en prosa. Tengo un proyecto muy interesante sobre el Dolmen de Alberite que mezcla pintura, música, poesía y prosa, pero en ese caso el problema no es de tiempo, sino de financiación. Poco a poco irán viendo la luz.

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