El juicio contra L.D.V., acusado de matar a navajazos a su expareja de 24 años y nacionalidad rumana, con la que tenía dos hijas de 5 y 3 años, en Lepe (Huelva) en julio de 2018, apenas un mes después de que la amenazara de muerte tras decirle que se iría con las niñas, comenzará el 28 de septiembre.
Esta persona será juzgada por un jurado popular en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Huelva, según han informado a Efe fuentes judiciales.
La celebración del juicio ha quedado señalada entre los días 28 de septiembre y 2 de octubre, enfrentándose el acusado a una petición de condena, por parte de la Fiscalía de 26 años de prisión por un delito de asesinato concurriendo la circunstancia mixta de parentesco que actúa como agravante y la circunstancia agravante de género y otro de quebrantamiento de condena.
Relata el fiscal, en su escrito de acusación, que los hechos por los que se juzga a esta persona, que mantuvo una relación con la víctima durante nueve años fruto de la que nacieron dos niñas, tuvieron lugar el 7 de julio de 2018, unas tres semanas más tarde de que él la amenazara de muerte tras comunicarle ella que se marcharía con las niñas; ello, después de convivir unos seis meses en el mismo domicilio a pesar de la decisión de ella de separarse.
Ella denunció esas amenazas y él fue condenado por conformidad a no acercarse a ella a menos de 200 metros, pese a eso, sin aceptar la ruptura con su pareja y que pudiera retomar su vida sentimental junto con otra persona, siguió manteniendo contacto con ella, llegándola a llamar desde el 30 de junio hasta el 7 de julio de 2018, 78 veces y acudiendo a su domicilio en múltiples ocasiones.
La mañana del sábado 7 de julio de 2018 el acusado decidió ir a casa de su expareja, llamándola a su móvil a las 6:42 horas, sin que ella respondiera; una vez allí, ella le abrió la puerta y, sin que conste que se produjera ninguna discusión entre ambos, el acusado, con la firme voluntad de acabar con su vida, de manera sorpresiva, la cogió por detrás y, la atacó, propinándole múltiples navajazos.
En todo momento, impidió que la víctima pudiera reaccionar, defenderse o demandar cualquier tipo de ayuda; en la autopsia, se localizaron entre 26 y 28 heridas por arma blanca.
Tras la comisión de los hechos, el acusado salió de la vivienda y se marchó en un vehículo, siendo detenido al día siguiente; las hijas menores dormían en el domicilio cuando sucedieron los hechos.
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