La sección sindical del Sindicato Independiente de la Policía Local de San Fernando (SIP-AN) ha mostrado públicamente su "malestar e indignación" con la Corporación Municipal debido al "desinterés y desidia" mostrada tanto por el delegado de Policía, Jaime Armario como por la alcaldesa, Patricia Cavada ante las reclamaciones que se vienen demandando desde el inicio de su mandato, hace ya seis años.
En la actualidad la plantilla de la Policía Local está compuesta por algo más de 100 agentes y mandos, de los que en "la calle" hay alrededor de 70, siendo la promoción de nuevas plazas una de las reivindicaciones históricas de todos los sindicatos. Esta carencia de agentes, sumado a la veteranía de la gran mayoría de los mismos hace que el servicio que se le presta al ciudadano "no sea todo lo eficiente que los policías desearían".
Los servicios y eventos se cubren con los policías adscritos al grupo de "productividad", hipotecando dichos agentes sus vacaciones, días libres... Este año, los agentes de productividad comunicaron con una antelación más que suficiente a la Corporación la necesidad de incorporar nuevos agentes (cosa que ya la Corporación sabía) y la necesidad de regular dichos servicios (ya que en ocasiones no se respeta el descanso entre servicios), produciéndose la baja de la totalidad de los agentes del servicio de productividad.
La sección sindical dice que se observa por parte de la Corporación una total "dejadez y pasividad" ante dicho tema. El día 30 de julio comunican un cuadrante en el que de forma "discriminatoria, arbitraria y que posiblemente tendrán que valorar los Juzgados", obligan a trabajar a determinados agentes, interrumpiendo sus vacaciones, no respetando nuevamente el descanso legalmente establecido conforme a la normativa vigente (EBEP) y el Acuerdo de Funcionarios vigente.
Desde el sindicato SIP-AN se desconoce el porqué de esta pasividad y la negativa a darle solución a un problema que acarrea la Policía Local desde hace ya varios años, la carencia de agentes, "entendiendo que debe haber una responsabilidad por parte de los miembros de la Corporación que ni siquiera han hecho el más mínimo esfuerzo por llegar a entendimiento con la plantilla".
Un esfuerzo que durante el Estado de Alarma los agentes "no dudaron en desdoblar, estando al pie del cañón en todo tipo de intervenciones".
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