Las comunidades autónomas serán corresponsables del dinero que llegue de Europa mediante el fondo de recuperación, porque deberán colaborar con el Gobierno en la confección de los planes nacionales que habrá que presentar en Bruselas para recibir las ayudas.
Unos planes para los que, no obstante, el Gobierno y concretamente el presidente, Pedro Sánchez, tendrá la última palabra, porque presidirá la Comisión Interministerial que los decida.
La Conferencia de Presidentes de San Millán de la Cogolla ha sido el foro elegido por Sánchez para explicar a los gobernantes autonómicos en qué consistirá la gobernanza del fondo europeo.
Ha sido la decimoquinta conferencia -y primera reunión presencial- entre los presidentes desde que estalló la pandemia de coronavirus, y sólo ha faltado uno de ellos, el catalán Quim Torra.
Finalmente el lehendakari, Iñigo Urkullu, ha decidido asistir tras arrancar del Gobierno un pacto sobre la senda de déficit para Euskadi. Un acuerdo que ha levantado ampollas y que muchos presidentes han considerado un agravio para sus regiones.
De San Millán de la Cogolla no ha salido ningún documento consensuado ni grandes acuerdos, y la reunión ha sido corta -unas cinco horas- y se ha cerrado con impresiones muy distintas entre los participantes.
El Gobierno la ha considerado un éxito, ha celebrado el clima de diálogo y de entendimiento a pesar de las divergencias y ha subrayado la importancia de que este foro se haya convertido en la "piedra angular", en palabras de la ministra de Política Territorial, Carolina Darias, de la colaboración institucional.
Pero varios presidentes, sobre todo los del PP, han considerado que ha faltado debate y que sólo ha habido un encuentro informativo por parte de Sánchez sin apenas discusión ni tiempo para resolver muchos interrogantes.
Tras presidir el Rey la apertura de esta cita y antes de la sesión de trabajo, Sánchez ha apelado a la unidad y a la necesaria búsqueda de la cohesión territorial.
Y ha considerado, en esta jornada en la que se ha conocido el desplome de la economía en el segundo trimestre -del 18,5 por ciento- que la Conferencia de Presidentes es un "buen punto de apoyo" para impulsar una recuperación que en su opinión ya ha comenzado.
Ya en la reunión, Sánchez ha informado a los presidentes autonómicos que él liderará la Comisión Interministerial que decidirá los proyectos para el fondo europeo, aunque también les ha anunciado la creación de una comisión sectorial -que presidirá la ministra María Jesús Montero- que coordinará con las comunidades los proyectos que va a presentar España a la Comisión Europea.
Habrá, por tanto correspondabilidad entre Gobierno y comunidades, pero también de otras administraciones como las locales -sobre todo grandes ciudades- para preparar los planes que debe aprobar Bruselas.
La Conferencia ha finalizado a primera hora de la tarde y Sánchez ha sido el primero en marcharse y no ha comparecido ante los medios -lo hará, previsiblemente, el martes- para explicar los resultados de la reunión.
Lo ha hecho Carolina Darias para recalcar el buen clima de diálogo y el mismo aviso a las comunidades: que con el acuerdo europeo no se trata de repartir fondos entre ellas sino de acordar planes nacionales entre todos para reclamar la financiación.
Como era de esperar, ha sido muy distinto el balance que han hecho los presidentes autonómicos socialistas de los populares.
Los socialistas han defendido la cohesión territorial en el reparto de las ayudas europeas y no han criticado ninguna de las propuestas de Sánchez ni el formato de la comparecencia, mientras que los populares han considerado que la reunión ha sido un "monólogo" de Pedro Sánchez -así lo ha apuntado en público el murciano Fernando López Miras y en privado otros presidentes del PP-.
Han considerado que no ha habido debate y los presidentes sólo han intervenido en una ocasión, mientras el jefe del Ejecutivo ha hecho una larga exposición al principio y otra intervención al final.
Una afirmación que ha negado después Darias, quien ha subrayado el compromiso constante del Gobierno con el diálogo con las comunidades, demostrado en las quince conferencias celebradas en los últimos meses.
No ha sido la única crítica de los populares. Algunos presidentes consultados por Efe lamentaban que se haya organizado esta conferencia sin apenas tiempo y sin preparar a fondo los temas como suele hacerse en estas citas, y también han criticado la propia convocatoria presencial en sí, en este momento de brotes de la epidemia, cuando habría que restringir más los movimientos.
Y no creen que hayan sido suficientes ni claras las explicaciones del presidente sobre los criterios de reparto del fondo, la corresponsabilidad de las administraciones o los plazos para su ejecución.
Pero la mayor crítica se la ha llevado el acuerdo con Urkullu. Muchos presidentes -no solo populares, también socialistas como el aragonés Javier Lambán- han considerado un agravio dicho pacto, que permitirá al País Vasco incurrir en un déficit del 2,6 por ciento del PIB este año.
Carolina Darias ha asegurado, tras recordar que Euskadi tiene al igual que Navarra un régimen fiscal distinto, que no hay ningún trato discriminatorio.
Aunque el Gobierno no ha dado explicaciones sobre este acuerdo durante la reunión. Hasta septiembre no se decidirá, previsiblemente, la nueva senda de déficit para las comunidades de régimen común.
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