El Concentro de Capuchinos de Alcalá la Real acoge desde este jueves la exposición 'Huellas de ida y vuelta' de la jiennense Victoria Cano. Se trata de una muestra retrospectiva que permite recorrer la evolución artística de la pintora afincada en Valencia, donde es docente en la Facultad de Bellas Artes de la UPV y, a la vez, abordar el constante cambio y transformación del entorno a partir de la intervención y presencia del ser humano, también con la Covid-19.
Así, el paisaje y sus perfiles andaluces, la inclusión en contextos naturales de huellas dactilares y de rostros humanos de diversas procedencias y la experiencia percibida por Cano en su evolución como artista desde el Mediterráneo son los ejes sobre los que pivota la obra que expondrá en el municipio jienenese hasta el próximo 30 de agosto.
"La exposición es un viaje de vuelta, desde que salí de pequeña de Alcalá La Real para estudiar en Linares y llegué a Valencia para cursar Bellas Artes, o trabajé en la Academia de España en Roma y después den Nueva York", ha indicado Cano.
La artista ha subrayado que siempre ha percibido una experiencia cambiante, de trabajo con personas con las que se ha ido encontrado y que se han convertido en perfiles volátiles.
Con su viaje de vuelta, la artista también llega a Alcalá La Real "con un pincel como elemento para luchar contra el momento de dificultad que atravesamos con un enemigo invisible que también está dejando su huella". A juicio de Cano, "el arte consigue que seamos más sensibles hacia realidades que antes pasaban inadvertidas, especialmente con la dramática pandemia que estamos viviendo".
Como herencia de su obra 'Paleta de corazones' - protagonista en Spain in a day, película-documental de Isabel Coixet, 2016-, la pintora la interpreta actualmente como "la paleta de un confinamiento de colores que son los corazones de las personas que han ayudado a los demás".
Precisamente, el objetivo de la artista con esta retrospectiva pasa también por mostrar a través del arte la importancia de la relación del ser humano con las circunstancias actuales de pandemia, pero también con la naturaleza, "con la influencia del poder de su huella sobre los otros seres vivos y la sociedad en un medio natural que ha de ser sostenible para que llegue a las generaciones futuras en las mejores condiciones de calidad de vida".
La exposición muestra paisajes antropomórficos que integran árboles, rostros, perfiles y otros hitos propios de la naturaleza. Cada elemento lleva aparejada una simbología en forma de colores: blancos, negros, amarillos, verdes y azules. Una asociación de formas, naturaleza, vida y huellas que conforman el universo de ida y vuelta que presenta Cano.
Del mismo, se extrae una simbología para cada elemento: de los colores, la metáfora de la energía; de las huellas, los laberintos de la identidades; de los rostros, los perfiles humanos inspiradores de paisajes efímeros; de la arquitectura, el paisaje urbano; y, de la naturaleza, la esencia antropomórfica cambiante que todo lo condiciona.
La muestra que se inaugura este jueves, a las 22,00 horas, podrá visitarse hasta el 30 de agosto.
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