Atando Cabos

Menos vacaciones

Hemos dejado de aplaudir a los sanitarios, que ahora no parecen estar contentos sino muy mosqueados con la vuelta a la normalidad

Publicado: 22/07/2020 ·
09:59
· Actualizado: 22/07/2020 · 09:59
Autor

Remedios Jiménez

Licenciada en Historia, docente jubilada, integrante del Aula Atenea del Ateneo de Jerez y de varios clubes de lectura

Atando Cabos

Una mirada sobre lo que nos pasa día a día, bajo los titulares de la incesante actualidad

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¿El calor es el mismo? No sé, los chicos que asan pollos con mascarilla, deberían decirlo. Este verano es diferente. Los billetes de avión han bajado de precio, pero la pulsión de viajar no deja de mirar las cifras del covid19 y se enciende la duda de si una se quiere quedar en Viena en un rebrote de pandemia. Virus y crisis económica. Miedo y terrazas llenas. Hoteles vacíos o que no se abrieron. Cifras de paro y gente acogiéndose al ingreso mínimo vital.

Este verano tiene su propia idiosincrasia. No hemos pasado otro igual. Va a resultarnos largo este año, va a resultarnos larga esta pandemia. Como un mes a día quince cuando se ha gastado el sueldo. Pagamos un euro de pan con tarjeta. Esperamos a que nos limpien las sillas para sentarnos. Vamos gastando hidroalcohol de todos los sitios, indiscriminadamente. Nunca hemos tenido las manos más limpias ni lo hemos visto todo más sucio. El plástico ha vuelto, parece que hasta ahora no habíamos reparado en que todos tenemos manos y tocamos los carros del supermercado. Los guantes son pequeños, como si los hombres no fueran a hacer la compra. Qué tema ese el de la compra, nadie en la casa quería hacerla, pero menos colocar las cosas en los estantes. Todo estaba por desinfectar, dos horas en la limpieza postcompra. ¿Con la fruta qué hacemos? Tomamos lejía en dosis de dos gotas.

El suelo está lleno de señales, metro y medio, pero es que estábamos tan acostumbrados a juntar nuestros mandados en la cinta, separados sólo por una regla, para ir adelantando, que pasamos de tenerlo en cuenta.

Hemos dejado de aplaudir a los sanitarios, que ahora no parecen estar contentos sino muy mosqueados con la vuelta a la normalidad cuando el virus no se ha ido.

Las consultas médicas son telefónicas, pueden darte las cifras del colesterol en la cola de la carnicería. Te dicen que tienes que bajar la tensión mientras vas cargado con las bolsas por la calle en plena ola de calor. Eso sí, nos ahorramos de sentarnos en las sillas metálicas de las consultas, yo no puedo dejar nunca de pensar con qué fin se diseña algo tan incómodo para que se siente gente enferma.

En fin, que este año las vacaciones son menos vacaciones, aunque muy deseadas por los padres, que no habían valorado como este año, el trabajo de los profesores.

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