El juez argumenta el archivo de la causa basándose en las conclusiones del informe psicológico emitido por el Instituto de Medicina Legal de Málaga a petición del propio magistrado, y en el que se recoge que “los testimonios recabados a los escolares y a las diferentes partes implicadas (profesores del centro, acusado, entre otros) no cumplen los suficientes criterios para considerarlos creíbles”. Previamente a este auto del juez, el Fiscal Provincial de Málaga ya había solicitado el archivo de la causa al considerar que los testimonios “no eran fiables”.
La ampliación que se realizó en su momento del citado informe médico forense vuelve a insistir en que tres de los once menores entrevistados “no aportan datos relevantes al proceso de evaluación”, a la vez que incluye “la posible existencia de factores mediatizadores previos al proceso de evaluación”. Ésta última afirmación, especialmente, ha sido duramente rebatida por parte de los padres que se han querellado, quienes insisten que en todo momento sus hijos coinciden en argumentos sin ningún tipo de acción mediadora por parte de ellos. El informe de la profesional del Instituto de Medicina Legal se presentaba como determinante para el caso, al no existir partes médicos probatorios de abusos sexuales hacia los escolares.
Sensaciones opuestas
El entorno del docente acusado ha mostrado su “satisfacción” por el auto judicial, aunque insisten en el profundo daño moral de por vida que este caso le ha provocado al profesor, quien, según afirman, descarta cualquier posibilidad de retomar su vida docente en el colegio.
Por su parte, los padres afectados han recurrido el auto del juez y afirman que “llegarán hasta donde haga falta” para demostrar la culpabilidad del acusado. “Mi hija antes tenía rojeces en sus partes y ahora no. ¿Casualidad?”, detalla este periódico una de las madres denunciantes.
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