La mayoría de los hoteles en Madrid y otros puntos de España llevan apenas un mes reabiertos y están afrontando la desescalada a un ritmo muy lento, con una ocupación en torno al 30 por ciento y mirando al futuro con incertidumbre pero con la determinación de "ir a por todas" porque no hay "un plan B".
Solo existe una "plan A", que es ir ganando la partida, aunque sea poco a poco, a esta crisis derivada de la pandemia, asegura a EFE la directora del Crowne Plaza de Madrid, Ana Calvín, esperanzada porque la demanda "va despacito pero va".
El Crownw Plaza no abrió hasta el 1 de julio, primero porque hasta el 22 de mayo, explica Calvin, tuvo alojados a sanitarios y, por tanto, les llevó más tiempo preparar sus instalaciones a la llamada "nueva normalidad".
Y en segundo lugar, porque al ser un hotel en las inmediaciones del aeropuerto de Barajas, prefirieron esperar hasta la reapertura de las fronteras a países extracomunitarios.
La ocupación de este hotel se sitúa en torno al 30 % cuando en julio y agosto del año pasado era del 95 % ciento, y ahora, básicamente, "lo que se está moviendo es el cliente corporativo y el de tránsito, que hace escala en Madrid para dirigirse a otros puntos".
Como no están ni siquiera a medio gas tampoco pueden sacar a jornada completa a todos los empleados de los ERTE pero lo que están tratando de hacer, señala su directora, es que trabajen el mayor número posible con jornadas parciales.
La incertidumbre es la tónica general en el sector, como corrobora también el director comercial de Continental Hotels-Holiday Inn Express, Pere Rubio, que gestiona doce establecimientos en España, cuatro de ellos en Madrid, y todos abiertos en la semana del 8 de junio salvo el de Montmeló (Barcelona), que lo hizo el 1 de julio.
No obstante, se muestra "relativamente optimista" porque en este mes de recorrido los resultados han sido en líneas generales mejor de lo esperado -afirma-, e incluso se ha llevado una "sorpresa" con los hoteles volcados en el cliente corporativo, donde han llegado a rondar el 60 % de ocupación.
El escollo principal es sacar adelante los hoteles de las grandes ciudades, como Madrid o Barcelona, explica, más ligados al turismo internacional y a las grandes compañías extranjeras "que están viajando a cuentagotas", pero los hoteles que dirige en la región madrileña (Getafe, Alcorcón, Rivas-Vaciamadrid y Alcobendas) están casi llenos el fin de semana, especialmente los de la zona sur, que tienen el tirón del parque de atracciones Warner.
De cara al otoño, Rubio no se atreve a hacer pronósticos porque, de entrada, en Barcelona, se han suspendido todos los eventos feriales programados mientras que en Madrid, aunque se mantienen algunos en agenda, no las tiene todas consigo.
En todo caso, lo que sí tiene claro es que si no hubieran abierto no hubieran facturado "y poco o mucho hay que facturar y estar ahí".
La cadena Room Mate, que es propietaria de 28 hoteles y mantuvo abiertos trece para sanitarios y mayores en España, Francia, Estados Unidos e Italia durante el confinamiento, en este momento tiene operativos seis (de ellos uno en Madrid, otro en Barcelona y un tercero en Granada) aparte de los edificios de apartamentos.
Fuentes de esta cadena aseguran a Efe que encaran la situación con optimismo porque pese a la lentitud con la que se mueve el mercado están apreciando un aumento "considerable" de la demanda con un empuje importante "de las reservas en el último minuto".
Además, se están moviendo para buscar oportunidades de negocio con hoteles independientes o viviendas turísticas para llegar "a algún tipo de acuerdo de colaboración o fusión".
Desde la Asociación Empresarial Hotelera de Madrid, su secretaria general Mar de Miguel destaca el nivel "bajísimo" de ocupación (sobre un 21 por ciento) de un sector que cuenta con más de 500 hoteles en la comunidad madrileña, y de los cuales estima que a finales de julio solo estarán funcionando unos 90, es decir una cuarta parte del total.
Ante esta situación tan difícil para el sector hotelero, De Miguel defiende que lo prioritario es velar "por la seguridad" de los trabajadores y los clientes y por eso hay que extremar el seguimiento de los protocolos de seguridad e higiene "para que no haya ningún contratiempo que suponga dar un paso atrás en la lucha contra esta pandemia".
Protocolos que asegura se están cumpliendo por parte de los establecimientos y que así lo han confirmado también a EFE los hoteleros consultados, que han puesto en marcha medidas como toma de temperatura, pantallas de protección en la recepción y zonas comunes, desinfección exhaustiva de interruptores, botones de ascensores, uso obligatorio de mascarillas o buffets asistidos, entre otras.
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