Matrícula de deshonor

De bruces con la realidad

De pronto, asumes que todo aquello que te contaron es incierto, y que los sueños en muy pocas ocasiones se cumplen

Publicado: 06/07/2020 ·
11:20
· Actualizado: 06/07/2020 · 11:20
Autor

Federico Pérez

Federico Pérez vuelca su vida en luchar contra la drogadicción en la asociación Arrabales, editar libros a través de Pábilo y mil cosas

Matrícula de deshonor

Un cajón de sastre en el que hay cabida para todo, reflexiones sobre la sociedad, sobre los problemas de Huelva, sobre el carnaval...

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Llega un momento en la vida en que te das de bruces con la realidad. Es un instante en el que de forma casi inconsciente, haces análisis de la vida que has llevado y la contrastas con los sueños que todos siempre tuvimos en una época anterior. Es en esa confrontación de objetivos, ilusiones y sueños encarada con nuestra versión real en el aquí y ahora, cuando asumes que no se puede lograr todo aquello que se desea. De pronto, asumes que todo aquello que te contaron es incierto, y que los sueños en muy pocas ocasiones se cumplen, ni siquiera con esfuerzo, y por supuesto, una actitud positiva no es óbice para lograr los objetivos, aunque ayude.

Si aún no te has dado cuenta de estos clichés, ya es hora de tocar tierra firme y asumir esa realidad antes de que la frustración te trague por dentro. Estas gilipolleces que se cuentan en forma de frases motivadoras quedan muy bien para el típico post de psicología barata que subimos a las redes sociales, e incluso para escribir un libro -eso sí, sin plagiar que está muy feo- de esos que abres antes de levantar la tapa del váter. Pero la vida es mucho más controvertida que todo eso, y andamos siempre disfrazando las verdades con absurdos cuentos de perdices ya podridas. Claro que no: “Querer no es poder” y jamás lo será. Por mucho que lo pienses las ideas no se materializan a pesar del esfuerzo, trabajo y dedicación. No todos lograremos ese final soñado, por muy triste que os parezca.

Pero eso sí, nadie podrá quitarnos que día a día sigamos intentándolo, pues con no hacerlo estaríamos asegurando el verdadero fracaso y perderíamos las pocas oportunidades existentes. La realidad es que a veces, en menos ocasiones de las que se deberían se consiguen los sueños; es una puñetera gozada. Pero debemos asumir que no todos llegaremos a conseguir nuestras metas. Asumiendo esta verdad se sufre más y da la sensación de que todo cuesta el doble de trabajo, pero es la única forma de entender esta vida, sin eufemismo alguno.

Cierto es que la idea en sí no es bonita, que no la verás estampada en ningún calendario ni pintada en las puertas de los aseos de gasolineras, pero es veraz y te hace plantearte alternativas para evitar sentir ese vacío que queda tras el fracaso. Esta vida está constituida de demasiados sueños, enormes capas de ideas superpuestas que tergiversan el verdadero sentir de nuestra existencia, y aunque los sueños sean importantes, es bueno despertar con un buen baño de realidad.

 

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