"Es difícil predecir que estrategia es la mejor para España en esta situación, pero lo que no faltará es la apuesta por la ciencia y la innovación", subrayó la ministra durante la celebración de la séptima reunión del Club Málaga Valley en el Ayuntamiento de la ciudad.
En este sentido, recordó que en los últimos años, el país se ha convertido en la novena potencia científica mundial y la cuarta en atracción de excelencia investigadora.
A nivel mundial, Garmendia pronosticó que el centro de gravedad económica internacional comenzará a desplazarse hacia Oriente, y precisó que, según un estudio de la Comisión Europea, en 2025 ninguno de los países de la Unión Europea (UE) estarán entre los diez más poblados del mundo o que Asia superará a Europa como primer exportador mundial.
"Estamos en un momento vibrante, con transformaciones radicales que modificarán las relaciones entre territorios, así como la forma de hacer negocios", señaló, tras lo cual valoró la labor del Club Málaga Valley, que reúne a empresas líderes en el sector de la sociedad de la información y que, en esta coyuntura, "ha sabido visualizar, proyectar y promover" una apuesta por la tecnología y la innovación.
Durante su intervención, Garmendia también destacó que el Parque Tecnológico de Andalucía (PTA) ha recibido del Ministerio una inversión de 118 millones de euros en cinco años, una cifra "muy significativa" del compromiso del Gobierno con el desarrollo de la innovación.
"El PTA es una de las referencias claras de nuestro sistema nacional de innovación", valoró la ministra, que ve en este espacio y en la ciudad de Málaga un "espíritu emprendedor" que la ha llevado a "estar siempre a la vanguardia de las revoluciones tecnológicas".
En su opinión, la ciudad se enfrenta a una nueva transformación; "me refiero al cambio de modelo que nos llevará a una economía más basada en el conocimiento y en la innovación, y en el que Málaga quiere convertirse en uno de los núcleos tecnológicos de Europa", un reto que calificó de "difícil pero posible".
Garmendia consideró esencial el apoyo del Gobierno central para alcanzar estos objetivos, y se refirió a algunos programas que se desarrollan desde el Ministerio en los que se valora la especialización sectorial de los solicitantes, la cooperación pública y privada, y la agregación de capacidades entre diversos agentes del sistema nacional de innovación.
Animó a Málaga a que capitalice el trabajo realizado durante estos años mediante una apuesta "contundente" por el conocimiento, de manera que logre formar parte del grupo de ayuntamientos distinguidos por el Ministerio como "ciudades de la ciencia y la innovación".
Por su parte, desde el Consistorio se planteó la posibilidad de que Málaga sea escenario para la celebración de actos europeos relacionados con la tecnología y la innovación durante el periodo en el que España ocupe la presidencia de la UE.
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