Sevilla

Los misterios nocturnos de la Catedral de Sevilla

El templo reabre mañana miércoles su oferta cultural con dos modalidades nuevas: una visita nocturna al interior y a las cubiertas

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Si cree que de la Catedral de Sevilla lo ha visto todo y lo sabe todo, quizás, sólo quizás, ande usted equivocado. ¿Conoce el silencio de las naves cuando en el exterior el sol ya casi ni se adivina? ¿Sintió la emoción de ver la Giralda a tan sólo unos metros iluminada con la Sevilla patrimonial señalada en el mapa de la ciudad como de si de faros se tratase? Pues el Cabildo Catedral va a hacer posible que usted responda a esas dos preguntas afirmativamente. Será a partir de este miércoles 1 de julio, cuando se recuperan las visitas diurnas a la Catedral y a las cubiertas pero se le añaden dos ofertas "singulares": hacerlo por la noche en una visita guiada (guías, por cierto, del propio Cabildo y con una exposición impecable) a partir de las 21.30 al interior de la Catedral, denominada Magna, y a las cubiertas, previa reserva en catedraldesevilla.es. A partir de la segunda quincena de julio se analizará recuperar la oferta cultural completa de la Catedral, que incluye la visita a la colegiata del Salvador.

Tras meses de suspensión de la oferta cultural por la pandemia, la Catedral de Sevilla se reinventa y busca con esta nueva modalidad de visita contribuir no sólo a su recuperación (una parte de la plantilla está en un ERTE) sino ayudar a la reactivación de la ciudad. La Catedral gótica de Sevilla, la más grande que existe, es la referencia turística por excelencia (en 2019, batió su récord de visitas con casi 2,3 millones). Un 1% de las visitas que ahora se recuperan y a las que se le añaden las noches irá destinado a fines sociales hasta el 31 de diciembre de 2020.

 

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A 36 metros de altura y de noche, en el paseo por las cubiertas de la Catedral aprenderá que el arquitecto usaba las azoteas (posibles gracias a un curioso sistema de relleno de las bóvedas con vasijas de barro de Triana) para pintar sobre ellas los planos de construcción. En capas de cal echadas sobre el suelo y con un punzón dejaban esbozados a los maestros canteros cómo hacer cada una de las piezas que han llegado hasta nuestros días. 

Descubrirá por una minúscula ventana de una escalera imposible los detalles de la cúpula de la Capilla Real; verá las traseras del altar mayor; conocerá que el cimborrio original de la Catedral (con esculturas y azulejos de Pisano) lo destruyó dos veces dos terremotos, uno con origen en Carmona y otro, en Lisboa; le asombrará saber que la altura entre cuerpo y cuerpo de la Catedral es de once metros para así conseguir la "armonía" arquitectónica... La Catedral reabre, sí, pero lo hace sorprendiendo más de cinco siglos después de que un Cabildo decidiese construir un templo tan grande "que nos tengan por locos".

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