La Junta de Andalucía recomienda y ha solicitado a los ayuntamientos andaluces que no autoricen en junio, julio y agosto la celebración de “ferias, fiestas populares, romerías o verbenas”.
No habla esta recomendación de procesiones, pero se da por hecho que el objetivo de no autorizar verbenas o romerías para no constituir una presencia masiva de personas, incluye unas salidas procesionales, que dada lo extraordinario de este año 2020, pueden atraer incluso personas de otras localidades que echen en falta el ambiente propio de una hermandad en la calle.
En Jerez se ha suspendido la salida de la Virgen del Carmen en julio y en San Fernando esta medida deja sin salida al Carmen y a la Divina Pastora en agosto. Suspendidas hasta la fecha la procesión de San José, de María Auxiliadora, del Corpus Christi y del Corpus Chiquito de la Pastora, todo apunta a que el verano también estará ausente de procesiones.
El público podrá llevar mascarillas, que son obligatorias, y guardar la distancia de dos metros. Los músicos podrían guardar la distancia, pero no todos podrían llevar mascarillas, pero los cargadores constituyen el mayor riesgo Bajo un paso se pasa mucha calor,y se realiza un enorme esfuerzo, por lo que llevar mascarilla resulta aún más difícil, pues limita la respiración necesaria para ese esfuerzo y el aporte de oxígeno, en un ambiente ya viciado.
Los cargadores suponen el mayor riesgo de contagio, salvo que les realicen test o pruebas PCR a toda la cuadrilla y a sus refrescos.
Por eso, las procesiones parecen estar condenadas a no salir a la calle en este año bisiesto del coronavirus.
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