La crisis del coronavirus ha hecho saltar por los aires el mandato municipal. Justo un año después de las elecciones municipales, los programas electorales con los que los candidatos concurrieron a las urnas son papel mojado. Las cuentas de 2020, también.
“La primera reflexión sobre los ayuntamientos en la era post Covid-19 debe ser presupuestaria”, apunta Curro Pérez, profesor de Derecho Administrativo en la Universidad Pablo de Olavide.
“Los ingresos deben ser revisados y recalculados en virtud de lo dejado de ingresar por la parálisis económica por el estado de alarma y por la proyección de una reactivación lenta en los meses que restan de año, así como una previsible bajada en la recaudación por impagos”, explica.
En cuanto a los gastos, “lo primero que habría que hacer es una barrida de partidas que sabemos que ya no se van a agotar, como las destinadas a fiestas o eventos de masas y estudiar la modificación presupuestaria y sus plazos para llegar a fin de año con tiempo de poder ejecutar el gasto”. En segundo lugar, plantea revisar el estado de ejecución de los contratos administrativos y valorar posibles modificaciones.
A partir de ahí, el que fuera concejal del PP durante nueve años en el Ayuntamiento de Sevilla, cuatro años teniente de alcalde y portavoz del Gobierno, considera que hay que priorizar las medidas que puedan ejecutar dentro del ejercicio presupuestario y con contratos posibles. “Deben elegirse acciones que sean útiles en el contexto actual, aquellas que, estando ya proyectadas, cumplan con las finalidades aparecidas a raíz del Covid-19 y de las carencias que se hayan observado”, añade.
En este sentido, apunta, entre otras, el refuerzo de los sistemas sociales asistenciales, combinados con las distintas prestaciones de las otras administraciones para afrontar el rescate social.
Por otro lado, Pérez considera de obligado cumplimiento llevar a cabo acciones de apoyo a la actividad económica más cercana, como el comercio tradicional, la hostelería y la actividad cultural relacionada con el ocio, con un especial respaldo a los suministros básicos y alimentarios: agricultura, ganadería y pesca.
La pandemia transformará las ciudades. No cabe duda. Los ayuntamientos, explica, tienen la oportunidad de adaptar las vías públicas para paseos y zonas de esparcimiento, las zonas verdes, el transporte público y los sistemas de limpieza a las necesidades de distancia social, y de valorar, igualmente, inversiones orientadas hacia el futuro sostenible, en energías limpias y seguridad sanitaria, por ejemplo.
Por último, propone llevar a cabo una apuesta firme por impulsar la digitalización y la interconectividad con los vecinos, creando espacios de participación y facilitando la toma de decisiones virtuales, a la vez que se puede establecer un nuevo sistema de comunicación de crisis en las emergencias municipales vía app o canales de redes sociales.
Peréz remarca que no hay que olvidar que los ayuntamientos “deben continuar con la democracia pese a las circunstancias, con los plenos adaptados tecnológicamente, con la transparencia de todas sus decisiones y, ahora más que nunca, motivando y explicando todas las decisiones que se toman, porque el ciudadano demanda sentirse informado”. “Esta es una oportunidad de reforzar la confianza en el sistema democrático”, concluye.
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