El domingo pasado este diario se hacía eco del anuncio que hacía público Casimiro Relinque, de Pisto Producciones, José María Pachón, promotor musical y Sergio Calvo, propietario de la Sala Even. Anuncio que nos llenaba de alegría al comprobar que por fin habría conciertos con público en Sevilla. Las citas estaban programadas para el día 12 de junio, con la actuación de Limitadores, y el día 13, del mismo mes, con el concierto de Avanti.
Ayer, lunes 1 de junio, y tras conversaciones con la Policía Municipal sevillana y contactos con la Concejalía de Medio Ambiente, José María Pachón comunicaba a este diario que los conciertos eran cancelados.
Las razones tienen que ver con la absoluta ambigüedad de las medidas publicadas en el Boletin Oficial de Estado el pasado día 30 de mayo, que tienen que ver con la actividad comercial y de ocio en fase 3. Unas medidas que no aclaran realmente las muchas casuísticas que se dan en este tipo de espacios y en sus actividades.
Pachón aseguró a esta redacción que el policía local con el que pudo conversar, el cual siempre se comportó de una manera constructiva y utilizando el sentido común, le aseguró que leyendo algunas de las medidas del BOE no podía asegurarles que pudieran realizar los conciertos sin caer en la ilegalidad. Algo que desgraciadamente quedaría al criterio de los agentes que pudieran personarse en el local, una vez iniciados los conciertos.
José María Pachón decidió visitar las instalaciones de las oficinas municipales de Medio Ambiente donde, aunque fue recibido, recibió por respuesta que esas instalaciones no son informativas, por lo que se declaraban incompetentes para dar soluciones, instándole a que se personara en la oficina de Urbanismo. Algo a lo que Pachón renunció, dadas las mínimas posibilidades que tenía de sacar algo en claro de esa visita.
Dadas estas circunstancias, para la Sala Even y otros locales de ocio nocturno de la capital sevillana, se avecinan tiempo muy complicados, sobre todo teniendo en cuenta que este tipo de negocios, en su gran mayoría, cierran en verano, teniendo que facturar lo máximo posible en la estación primaveral para rentabilizar sus temporadas, algo que ha sido imposible este 2020, por razones obvias.
Nos enfrentamos, pues, a un escenario realmente preocupante, ya que muchos negocios sevillanos se verán abocados al cierre, o al recorte drástico de sus actividades, al menos hasta el mes de septiembre. Algo a lo que no todos podrán hacer frente económicamente. Por lo que no sería de extrañar que muchos tuvieran que cerrar definitivamente, con la perdida de empresas y empleos que esta circunstancia conllevaría.
De la alegría del domingo hemos pasado a un estado de gran preocupación. Nuestro gozo, de nuevo, en el pozo.
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