"Además del efecto negativo para el clima que tiene la quema de petróleo, la demanda de aceite de palma para la fabricación de biocombustibles agrava los problemas de deforestación en los países tropicales, donde las plantaciones de palma aceitera sustituyen a los bosques naturales", según declaró en un comunicado el responsable de la campaña de Bosques y Clima de Greenpeacee, Miguel Ángel Soto.
En este sentido, manifestó que "para no engañar a sus clientes, Cepsa no debería poner a su diésel el prefijo 'bio'". Además, según las informaciones de Greenpeace, "una parte del cargamento de aceite de palma procede de la empresa PT Ivo Mas Tungal, empresa subsidiaria de Sinar Mas, la mayor productora de aceite de palma de Indonesia con el diez por ciento de la producción total de este país".
Sin embargo, "sus agresivos planes de expansión del cultivo de palma de aceite están vinculados a la deforestación, incluidas regiones ricas en turberas y hábitat críticos para especies amenazadas como el orangután", señalaron.
Asimismo, "a través de imágenes de satélite y observaciones de campo, Greenpeace ha identificado cientos de incendios provocados por la empresa Sinar Mas a lo largo de los últimos cuatro años", indicaron. Si bien, "estos incendios y la gran cantidad de toneladas de carbón que se liberan durante la quema de las turberas hacen de Sinar Mas una empresa con una enorme y devastadora huella climática".
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