El buen tiempo siempre ha permitido que por estas fechas del año las playas de la provincia reciban a sus primeros bañistas. Por ahora solo lo han hecho paseantes y surfistas, y en horarios restringidos, y aunque parece disiparse la duda en torno a la apertura oficial de las playas al público, es evidente que cuando sea posible lo será siguiendo una serie de indicaciones y condicionantes.
El consejero de Turismo de la Junta de Andalucía, Juan Marín, confesaba esta semana en el espacio Siente Cádiz de 7 TV que confía en que las playas de la provincia puedan abrir en torno a mediados del mes de junio, aunque lo harán con aforo limitado y bajo unas rigurosas medidas de seguridad que deben hacer cumplir los diferentes ayuntamientos. Pero no es la única cuestión turística relativa al verano que queda por resolver. Está asimismo la situación de los hoteles, para los que no resulta rentable abrir sus establecimientos en las condiciones actuales, por lo que la Junta va a solicitar al Gobierno central que autorice la movilidad entre provincias dentro de la fase 2, en la que podría entrar buena parte de Andalucía a partir del día 25, ya que es la única forma de acelerar la llegada de visitantes y que los hoteles encuentren un aliciente para abrir.
Los chiringuitos también prevén aguardar a mediados de junio, una vez se inicie la apertura de playas, para comenzar su actividad, aunque sin que ello suponga poner fin a buena parte de sus incertidumbres, ya que dependen en gran medida del visitante llegado desde otros puntos de Andalucía y desde Madrid o el País Vasco.
Para la llegada de turistas internacionales, cabría apuntar lo de que “ni están, ni se les espera”, aunque desde la Junta confían en que Sanidad “copie” el criterio de otros países europeos a la hora de establecer los términos en que los turistas podrán alojarse en España, sin tener que optar a la cuarentena controlada.
Otros atractivos, como los grandes festivales del verano, parecen enfrentarse a un grave dilema: el de la suspensión o el de la reinvención, y sin que esta segunda opción garantice la rentabilidad de las propuestas.
En cualquier caso, el consejero de Turismo está convencido de que la provincia está preparada para afrontar la apertura de playas en la primera quincena de junio. Para ello, han puesto en marcha la campaña de playas seguras desde la Consejería de Turismo y de Presidencia para garantizar a los ayuntamientos que tengan el material necesario “para esa nueva forma de ir a la playa, que va a ser muy diferente a la que hasta ahora conocíamos. Lo que estamos convencidos es que en el momento en que se abran las playas eso reactivaría muchísimo el sector turístico en la provincia de Cádiz ya que son un reclamo sin igual en el conjunto del territorio nacional”.
Por ahora, la Junta ha pedido a cada municipios que elabore un diagnóstico de sus playas y establezcan un aforo, además de controlar las medidas de seguridad y de higiene personal, y el control de las personas que acudan a la playa dentro de condiciones protocolarizadas. “Estoy convencido de que podremos ir a la playa y de que podremos bañarnos”, apunta Marín, quien espera que no haya que poner límites horarios en las playas, “pero sí aforos limitados, lo que impedirá que muchos puedan acceder a las playas si esos aforos ya están cubiertos. Para ello hemos creado una APP para que todos los ciudadanos se informen antes de desplazarse a la playa para saber si pueden hacerlo”.
Con respecto a la situación de los hoteles es igual de rotundo: “Hasta que no se permita la movilidad entre provincias no podremos hablar de una apertura masiva de establecimientos”. Lo que espera la Junta es que esa movilidad sea posible dentro la fase 2, antes de julio, “con lo que la oferta turística gaditana puede estar entre un 40 y un 50% de ocupación, ya que buena parte del turismo que llega cada año a la provincia es turismo nacional y turismo de interior de la comunidad”.
En este sentido, la Consejería está trabajando en la creación de un sello de calidad de seguridad turística para los establecimientos hoteleros y las playas. Para ello, una empresa verificadora se encargará de comprobar que se cumplen los requisitos. “Además, nos encargaremos de publicitar cuáles son los centros que disponen del sello para que el público en general sepa que son establecimientos seguros”. Marín subraya además: “No existe el Covid Free, pero sí existen garantías para poder evitar el contagio, como es el uso de mascarillas, el lavado de manos, que son cuestiones que deben cumplir todos los negocios”.
Una cuestión que sí preocupa al consejero, porque no depende directamente de la acción de la Junta, es lo relacionado con la llegada de turistas extranjeros: “El turismo internacional no va a venir si se le prohíbe estar en la calle o en la playa. Aprendamos de otros países en los que se les pide un pasaporte sanitario en el que se garantiza al país de destino que esa persona no es portadora de Covid. Esa línea es la que hay que explotar, porque ni van a venir ni será rentable para las aerolíneas”.
Desde Islandia, uno de los principales touroperadores del país, Hörder Arnarson, que trae cada año a la provincia 14.000 pernoctaciones de diez días, confía en retomar los vuelos con Jerez en septiembre, aunque avisa que para que la actividad sea rentable sus vuelos charter tienen que estar ocupados por encima del 80%, de ahí que esté siguiendo con mucho interés la evolución de la situación en nuestro país.
En el ámbito de los chiringuitos, y pese a que podrían estar abiertos desde esta semana, la Asociación Provincial que engloba a muchos de ellos, rechazan hacerlo, al menos, hasta mediados de junio. “Tiene que haber seguridad, y ahora mismo lo que estamos es aprendiendo de los errores de otros, pero no por errores achacables a ellos, sino porque no hay comunicación, no nos dicen las normas”, apunta el vicepresidente del colectivo, Manuel Martínez. Con las cifras que manejan ahora, darán pérdidas.
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