Once personas han sido detenidas por un presunto delito de explotación laboral al obligar a trabajadores del campo a faenar en largas jornadas sin descanso ni derecho a días libres y vacaciones, además de hacinarles en varios pisos de la provincia de Valladolid, nueve de ellos en Medina del Campo.
Según han informado a Europa Press fuentes de la Policía Nacional se trata de una organización delictiva que explotaba a trabajadores en diferentes campos de la provincia de Valladolid. En concreto, los miembros de la organización, de nacionalidad rumana, captaban a sus compatriotas entre los estratos socioeconómicos más bajos del país con la promesa de un trabajo digno en España.
Una vez en el país los trabajadores vivían hacinados y en condiciones insalubres en varios pisos de Medina del Campo (Valladolid), según fuentes policiales, eran obligados a dormir en el suelo y a compartir habitación con seis personas.
Los empleados trabajaban en los campos de distintas localidades en "largas jornadas sin descanso", sin derecho a días libres ni vacaciones y con un salario de 5,50 euros la hora que, en muchas ocasiones, no llegaban a cobrar.
La operación policial ha concluido con nueve víctimas liberadas y once personas detenidas, diez de nacionalidad rumana y una hondureña, y dos registros domiciliarios en la localidad de Medina del Campo, donde se ha intervenido 22.180 euros y cinco vehículos de gama alta.
En concreto, la investigación policial se inició tras la denuncia de tres personas que manifestaron ser víctimas de una organización delictiva que les explotaba laboralmente en los campos de la provincia de Valladolid.
LOS HECHOS
Las gestiones de los agentes constataron la existencia de una red asentada en Medina del Campo (Valladolid), formada por ciudadanos rumanos, que, presuntamente, captaban en su país y mediante el engaño a compatriotas con la promesa de un trabajo digno en España. Las víctimas eran personas vulnerables con un bajo nivel educativo, una situación económica muy precaria y con un desconocimiento total del idioma y de la legislación española. La organización se hacía cargo de la compra de los billetes de autobús que trasladaban a los trabajadores desde Rumanía hasta España.
Una vez en España, eran alojados en pisos en la localidad vallisoletana de Medina del Campo, donde vivían hacinados en condiciones deplorables y sin suministros, obligados a dormir en el suelo en habitaciones compartidas por hasta siete personas y debiendo además pagar por ello 150 euros.
Según se constata en la denuncia los explotadores, que no dudaban en utilizar la violencia y las amenazas para controlar a los trabajadores, usaban furgonetas para desplazarlos por diferentes localidades donde faenaban en los campos en jornadas sin descanso de hasta 12 horas.
Los trabajadores desconocían si estaban dados de alta en la Seguridad Social, no tenían derecho a vacaciones ni días libres y su salario era de 5,50 euros la hora, dinero que no solían recibir. Además, los agentes constataron que, presuntamente, los detenidos utilizaban a algunos de esos trabajadores como testaferros.
Para ello, abrían cuentas bancarias a sus nombres en las que ingresaban el dinero que recibían de los agricultores con los que trabajaban, encubriendo de esta manera esas cantidades a la Hacienda Pública.
Durante la investigación policial también se pudo constatar que uno de los principales miembros del entramado desarticulado se dedicaba a su vez a falsificación de permisos de conducir extranjeros, principalmente rumanos y ucranianos. Los agentes llevaron a cabo la entraday el registro en dos domicilios en Medina del Campo, donde intervinieron
22.180 euros en metálico, cinco vehículos de gama media y alta, varios teléfonos móviles y diversa documentación.
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