Qué fácil se ve todo desde las barreras sin necesidad de que te estén observando a cada paso, sabiendo que millones de miradas buscarán el más ínfimo detalle para hacer el chiste fácil o sacar fuera de contexto una frase. No es sencillo dar la cara ante situaciones como las que estamos sufriendo, con aciertos y errores, pero saliendo cada día a exponer los avances o retrocesos que en cuestiones sanitarias estamos viviendo, sobre todo, teniendo en cuenta que es imposible que “llueva a gusto” de los más de 40 millones de personas que conformamos este país, y sabiendo que en el trayecto, siempre controvertido, habrá serias y duras consecuencias que se deben asumir y de las que cuando llegue el momento, pedir las pertinentes explicaciones.
Este domingo prestaba especial atención a Fernando Simón, pero no a su tosca voz, ni a su pelo gris, ni siquiera me he fijado en sus gestos por si aún perdurase en ellos reminiscencias del Opus Dei, para eso ya están otros. He estado atento a todo lo que exponía, a las duras circunstancias que estaba aclarando; aislando las formas y centrándome sólo en lo que expresaba, reflexionando sobre las consecuencias de sus palabras, siempre difíciles de asimilar y, sin buscar otras alternativas desde mi perspectiva, algo que también es cómodo hacer sin tener las cualidades y capacidades para ello.
Es curioso cómo se desvía la atención hacia aquellos aspectos que más nos convienen, obviando los datos más relevantes y necesarios para intereses particulares. Estar al frente de una pandemia no debe ser tarea fácil para nadie, ni siquiera para un profesional más que consagrado como es Fernando Simón, a quién avalan muchos años de experiencia y vocación, que podéis ver en las redes. No hablamos de un titulado al uso, que de esos los hay por doquier. No hablamos de un político -no ha sido votado por los ciudadanos-. Hablamos de un profesional con un bagaje importante en estas cuestiones, que lleva asumiendo responsabilidades durante casi toda su vida, y al que estamos cuestionando constantemente, y muchos sin saber decir correctamente 'epidemiólogo', que ya es decir... Hoy mis respetos por quienes intentan poner sus conocimientos, su formación y sus cualidades al servicio de todos, y entre ellos, quien se está llevando las mayores críticas y burlas, Fernando Simón.
Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es
