Un modelo epidemiológico desarrollado durante el último mes por Joan Corominas, ingeniero e hidrogeólogo que fue director de la Agencia Andaluza del Agua, señala que el impacto del coronavirus en España es muy superior al detectado por las estadísticas oficiales: unos cuatro millones de contagiados (el 8,5% de la población nacional) y 43.500 muertos (0,92 por cada mil habitantes).
Corominas, actualmente vicepresidente de la Fundación Nueva Cultura del Agua, ha analizado la incidencia de la enfermedad en 56 países del mundo para, mediante un modelo matemático denominado SIR (Susceptibles a infectarse, infectados y recuperados), realizar su ‘Aproximación al análisis estadístico de la pandemia del coronavirus’. El Covid 19 se ha cebado en las naciones ricas del hemisferio Norte y su impacto se reducirá con el avance del verano, aunque podría acelerarse en los estados situados en la franja de 35º a 55º Sur en su invierno.
El exdirector de la Agencia Andaluza del Agua ha actualizado los datos a fecha 3 de mayo, cuando la estadística oficial reflejaba tan sólo 217.466 infectados y 25.264 muertos (confirmados con test PCR, excluyendo a infectados con síntomas ligeros o asintomáticos y a los fallecidos en residencias de mayores o en sus casas con síntomas compatibles con el coronavirus). Asimismo, ha adaptado el modelo a las fases de “desescalada” aprobadas por el Gobierno de España.
A juicio de Corominas la información estadística oficial minusvalora el impacto en la infección de la población y las muertes causadas por el coronavirus debido al desconocimiento sobre el mismo, su propagación y efectos, y también a la poca extensión de los test a buena parte de la población, por lo que no se contemplan los pacientes asintomáticos o con patologías leves. Estima el ingeniero que si no se hubieran tomado las medidas de mitigación desarrolladas por el estado de alarma, a la fecha actual prácticamente toda la población habría sufrido la epidemia y se habría dado por concluida la misma, pero con una espantosa cifra de fallecidos: unos 530.000 (el 1,13% de los españoles).
LA “NUEVA NORMALIDAD”
En cuanto al plan del Gobierno para la transición a una “nueva normalidad”, que se llevará a cabo en cuatro fases escalonadas desde el 11 de mayo hasta finales de junio, el modelo matemático de Corominas apunta a un aumento moderado de los infectados y fallecidos, “soportable -afirma- para nuestro sistema sanitario al estar ya más preparado y fortalecido”. La curva de este nuevo aumento será muy aplanada pero de larga duración (unos ocho meses), por lo que habrá que convivir durante bastante tiempo con la pandemia y mantener el nivel de protección social adecuado. En los dos primeros meses después del inicio de la recuperación parcial de la actividad se mantendrá el impacto del coronavirus de manera similar al momento actual, quizás con un leve repunte.
El autor del modelo afirma que para el éxito de esta operación de “desescalamiento”, además de las medidas contempladas en el ‘Plan para la transición a una nueva normalidad’ se deberán aplicar medidas activas de mitigación (pruebas masivas de test a los grupos más vulnerables y confinamiento de todos los infectados, incluidos los asintomáticos, muy superiores a los sintomáticos).
Hacia el 10 de junio, tras un mes de aplicación del plan gubernamental, el modelo epidemiológico refleja del orden de 5,15 millones de infectados y unos 54.550 muertos. El promedio de muertes diarias sería del orden de 377, si bien es probable que el menor estrés del sistem sanitario, la anticipación de los diagnósticos y la entrada en la UCI y las mejores prácticas clínicas reduzcan bastante los fallecidos. La recuperación media de los infectados tarda unos veinticinco días desde la fecha del contagio y al ser una curva más aplanada la total recuperación de la población infectada se alargará hasta finales de julio.
SIMULACIONES
El modelo matemático da la oportunidad de simular alternativas a la capacidad infecciosa del coronavirus o a las medidas de mitigación adoptadas por el Gobierno. Corominas ha estudiado las alternativas de haber adelantado cinco días el estado de alarma (al 10 de marzo), adelantar o retrasar la fase de retorno parcial a la actividad y la de ampliar o reducir las medidas de protección a la población.
Haber adelantado cinco días el estado de alarma (al 10 de marzo) habría reducido las infecciones y las muertes a una tercera parte a fecha 3 de mayo. “No obstante -asevera Corominas-, a toro pasado todos podemos ser profetas, pero la realidad era que el 10 de marzo se habían contabilizado en España 1.695 infectados y 28 fallecidos y no era previsible la gran aceleración de la pandemia, ni seguramente la sociedad habría entendido aquel día unas medidas tan drásticas como las del estado de alarma”.
Por otra parte, haber adelantado el inicio parcial de la actividad al 28 de abril habría incrementado en un 35% la cifra de infectados y fallecidos al cabo de un mes (para el 28 de mayo) respecto de la opción elegida por el Gobierno (11 de mayo). Retrasarla hasta final de mayo reduciría en un 40% el impacto de la pandemia al cabo de un mes (final de junio).
“Considero, a la vista de las salidas del modelo -afirma Corominas- que la opción elegida por las autoridades representa un equilibrio adecuado entre impactos sobre la salud, el bienestar social y la economía. Tendremos que prepararnos para hacer frente a la larga duración de la pandemia -continúa-, que probablemente durará entre seis meses y un año, salvo que la implantación de medidas activas de confinamiento de todos los infectados sintomáticos, el surgimiento de tratamientos eficaces o la obtención de una vacuna alivien el impacto y la duración”.
La diversa incidencia del Covid-19 en las comunidades autónomas parece deberse a las diferencias de PIB per cápita, el porcentaje de población rural y la proporción de gasto sanitario sobre el PIB. Los factores climatológicos representan un tercio de la influencia y con el aumento de la temperatura disminuye el impacto de la pandemia.
Corominas calcula que un 9% de la población española se ha inmunizado ya frente al coronavirus (unos 4,2 millones de habitantes), pero hay zonas como Andalucía, con menos contagios al tiempo que menos inmunizados (un 3% de sus habitantes), por lo que hay más personas indefensas frente a un nuevo brote. “Las autoridades y toda la sociedad deberemos acertar en las medidas a implementar para retomar la actividad social y económica sin asumir riesgos importantes de recaer en la pandemia”, concluye el autor del modelo epidemiológico.
Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es