La orden para cancelar esa prohibición se emitirá el lunes y entrará en vigor a comienzos de 2010, una vez que haya transcurrido un periodo de espera de sesenta días, dijo Obama ayer en un acto en la Casa Blanca para firmar la prórroga de un programa de lucha contra el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida).
“Hace 22 años, en una decisión basada en el miedo más que en los hechos, EEUU impuso la prohibición de que quienes portaran el virus del sida pudieran entrar en su territorio. Hablamos de eliminar el estigma de esta enfermedad, pero eso no nos impedía tratar como una amenaza a quienes nos visitaran o vivieran entre nosotros”, declaró el presidente.
Agregó que “si queremos ser un líder global en la lucha contra el sida y el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) tenemos que actuar como tal”. Por eso, subrayó que su gobierno publicará el lunes un reglamento definitivo que “eliminará la prohibición con efecto inmediatamente después de Año Nuevo”.
EEUU es uno de la docena de países que prohíben la entrada a los enfermos de sida, una medida que ha impedido que se celebren congresos de importancia sobre la enfermedad en su territorio en las últimas dos décadas.
La prohibición se impuso en 1987, en una época en la que se conocía poco sobre el síndrome y su tratamiento no había alcanzado la eficacia de hoy.
En 1993, el Congreso de EEUU convirtió el ser portador del VIH en la única condición médica incluida de modo explícito en las leyes de inmigración como impedimento para entrar en el país.
El proceso para rechazar la medida comenzó ya durante el mandato de George W. Bush, cuando el Servicio de Inmigración anunció que había levantado la prohibición en sus reglamentos internos.
El fin completo de la prohibición requiere la iniciativa anunciada ayer por Obama, la publicación del reglamento definitivo por parte del Gobierno.
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