Finalmente habrá exámenes de selectividad. El Boletín Oficial del Estado (BOE) publica este viernes las fechas para la realización de prueba de Evaluación de Bachillerato para el Acceso a la Universidad (EBAU) que se celebrará entre el 22 de junio y el 10 de julio en convocatoria ordinaria y antes del 17 de septiembre en extraordinaria. Las comunidades autónomas serán las encargadas de fijar las fechas para la celebración de los exámenes. Se realizará una prueba por cada una de las materias objeto de evaluación y en cada prueba, el alumnado dispondrá de una única propuesta de examen con varias preguntas.
La eficacia del nuevo método es abismalmente inferior y nos vemos obligados a prepararnos de manera autónoma”El estrés y las dudas que generan habitualmente esta prueba entre el alumnado cada año, en esta ocasión se ven intensificadas por la difícil situación provocada por el confinamiento. “La verdad es que está siendo todo un caos. Creo que no vamos a poder prepararnos la selectividad tan bien como los alumnos que han pasado por esta prueba en años anteriores”, nos cuenta Lucía Rosendo Mesa. “Es como si no lleváramos ningún orden, porque todos los profesores intentan avanzar sin pensar en nuestra capacidad de estudio y de organización en casa”.
Beatriz Bernal Núñez señala que “nos está costando bastante ya que no tenemos la facilidad de tener al profesor al lado para explicarnos todas las dudas”, a la que se añade que “hemos perdido de alguna manera el hábito de estudio, ya que antes teníamos los exámenes con más periodicidad y ahora tenemos uno al mes. Nos entra miedo de llegar a selectividad sin estar preparados”.
El alumno Miguel Maza Jiménez, de Salesianos Cádiz, se queja porque “el volumen de trabajo enviado semanalmente es exagerado y prácticamente imposible de abarcar actualmente”. “Esta situación dificulta la preparación para la prueba de selectividad, pues la eficacia del nuevo método es abismalmente inferior y nos vemos obligados a prepararnos una tercera parte del curso de manera autónoma”, añade. “Tener que ser profesores y alumnos al mismo tiempo es algo muy difícil en este momento”.
Para Nerea Fernández Canto la situación en estas circunstancias “está siendo muy difícil”. Lamenta que “aunque los profesores intentan interesarse por nuestra situación, lo cierto es que no llevamos un orden completo, porque al fin y al cabo la finalidad de los profesores es avanzar sin pararse a pensar en la situación que estamos viviendo, sobre todo a la hora de organizarnos para llevar un orden de estudio” .
“Es una situación muy tensa, porque nos estamos jugando en un examen todo nuestro futuro, en el sentido de que si me sale mal no entro en la carrera que quiero hacer”. Habla Ana Astorga Salido, que tras acabar el bachiller hizo un grado superior de Anatomía Patológica y lleva un año preparándose exclusivamente para esta prueba con la aspiración de acceder a la carrera de de Medicina.
Otro de los aspectos que preocupan a Ana es el lugar donde se realizarán las pruebas, ya que las concentraciones de personas en espacios cerrados son un foco de contagio. “Tampoco se puede evaluar de la misma forma a una persona que ha tenido a su disposición un ordenador y otros recursos para seguir las clases que a aquellos que no han podido siquiera seguir las clases online”. Además, Ana reseña que “estamos viendo a familiares enfermos, gente que está muriendo, muertes cercanas para muchos jóvenes, ya sean su abuelos, tíos, etc., y no estás igual de concentrado de cara a los exámenes”.
Por su parte, los profesores coinciden en la importancia de que las pruebas se celebren siguiendo todas las medidas de precaución necesarias y velando por la seguridad del alumnado. La mayoría piensa que es necesario que estos exámenes se realicen para evaluar a los alumnos. “Algunos padres, madres y alumnado están pidiendo que se suspendan las pruebas y que se acceda mediante la media obtenida en el curso”, indica Joaquín Correa, profesor del IES Drago en Cádiz. “Uno de los problemas que veo es que esta medida perjudicaría al alumnado de bachillerato de la educación pública, puesto que normalmente, y salvo excepciones, las notas media de los alumnos procedentes de centros privados o concertados suelen ser mayores a las notas que estos mismos alumnos sacan en selectividad. Aunque esto también puede pasar a la inversa, y alumnos de la escuela pública con notas medias bajas durante el curso mejoran. Por lo tanto esto supondría cierta ventaja para los de la privada y concertada frente a los de la pública”, señala.
La profesora Virtudes Narváez cree también que la selectividad debe seguir adelante “siempre y cuando puedan encontrar espacio que permita las distancias de seguridad convenientes y con las opciones de poder seleccionar la materia de los dos primeros trimestre para no romper el principio de equidad”. Asegura que “todos los compañeros desde mi centro están haciendo videoconferencias con los alumnos de bachillerato, subiendo apuntes a la plataforma y atendiendo dudas”.
De otro lado, Alfonso Oñate, profesor de Historia, no coincide con sus compañeros. “Nunca estuve muy de acuerdo con la selectividad o los nombres eufemísticos que le quieran poner. Pero me parece una barbaridad el que se empecinen con querer seguir adelante con la selectividad más cuando el alumnado y el profesorado se encuentran en una situación muy compleja”. Oñate cree que son “tiempos excepcionales y deben aplicarse medidas excepcionales”. En su opinión la autoridad educativa “lejos de facilitar las cosas lo complica todo un poco más. No sé a quién se pretende beneficiar con esto”. Su visión es la más negativa de las consultadas, junto a la de los alumnos. “Si se hace una selectividad con unos exámenes más asequibles me huele a que la autoridad educativa lo que pretende como siempre es cumplir con el papel y no con la realidad. Para eso que no la hagan. Sería lo mejor”.
Según fuentes oficiales, en la elaboración de la prueba se tendrá en cuenta que el número de preguntas que deba desarrollar el estudiante se adapte al tiempo máximo de realización de la prueba, incluyendo el tiempo de lectura de ésta. El alumno tendrá que responder, a su elección, a un número de preguntas determinado previamente por el órgano competente en cada comunidad autónoma. El citado número de preguntas se habrá fijado de forma que permita a todos los alumnos alcanzar la máxima puntuación en la prueba, con independencia de las circunstancias en las que este pudiera haber tenido acceso a la enseñanza y el aprendizaje durante la suspensión de la actividad lectiva presencial. Por ahora sólo falta esperar a conocer cuándo y dónde se realizarán las pruebas en cada comunidad.
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