El piragüista Pablo Baños tiene el honor de ser el único deportista olímpico que tiene Sanlúcar de Barrameda. Empezó a practicar este deporte con 9 años y sus 37 sigue el pie del cañón, ya sin la presión de sus tiempos mozos. Ahora no sufre como antes y sobre todo disfruta pero el gusanillo por ganar nunca se pierde. Este verano se cumplirán 16 años desde que representara a España en las Olimpiadas de Atenas 2004. Ya ha pasado un tiempo considerable desde que coincidiendo con una Feria de la Manzanilla luchaba y se esforzaba por dejar el nombre de la ciudad en un lugar bien alto. Y eso lo llevará siempre con orgullo. Otro sanluqueño, Luis Núñez, también estuvo en las Olimpiadas celebradas en Grecia. Fue como técnico en vela.
Ahora lo tomo más como con un disfrute aunque se sufre en la competición porque uno siempre quiere ganarHoy, como miles de sanluqueños, afronta la pandemia debido a la expansión del coronavirus como mejor puede. Tras su jornada laboral, vuelta a casa, estar con la familia y no dejar lo que siempre ha querido desde niño, el deporte y en estes apartado hay que subrayar con mayúscula el piragüismo. La azotea de su casa se ha convertido en su gimnasio particular. Sin el agua de los escenarios que ha visitado, bueno sí el que caía del cielo en estas últimas semanas. Preparando circuitos para no perder el tono. Con la compañía de un kayak ergómetro, que es un simulador del movimiento de la piragua pero en tierra.
El gran deportista sanluqueño, siempre ligado al CAN Eslora, recuerda que “practico el piragüismo desde que tenía 9 años y ahora tengo 37. Ya han pasado 28 años y ahora lo veo todo con otras perspectivas. Con más madurez, la que te dan los años. La experiencia te la da el paso del tiempo”.
Pablo Baños ha competido en numerosos Campeonatos Provinciales y de Andalucía. También de España, de Europa, del Mundo, en los Juegos del Mediterráneo y por su supuesto que con la guinda de estar presente en unas Olimpiadas. Señala que “sigo compitiendo. Entreno lo que me permite el tiempo que tengo después de trabajar. Siempre me preocupo por no perder la forma. Si lo comparo con el pasado, el piragüismo lo tengo ahora más como un disfrute aunque también se sufre porque cuando salgo a competir siempre intento ganar. Guardo mi trofeos aunque algunos lo que he regalado. Mi primer triunfo lo logré en la Regata de las Colombinas. Fue en Huelva y entonces tenía 11 años. Pero con lo que me quedo es con haber estado en las Olimpiadas, por lo que significó en mi vida”.
De cómo está llevando la situación creada por la pandemia dice que “intento tener la mente ocupada en casa. Tengo un hijo de 7 años que entiende lo que ocurre y una hija de 1 que está entretenida. Juego con ellos y no dejo el deporte”.
Además del K-1 marcó una época en K-2 con el ceutí Víctor López y con el asturiano Javi Hernanz. De su pasado recuerda que “me hubiera gustado haber ganado más campeonatos aunque hubo decisiones deportivas complicadas. Ahora es cuando te das cuentas del sacrificio que hice en mi juventud para estar en campeonatos de gran nivel. He completado muchos kilómetros y estuve en muchos países. Son experiencias que nunca podré olvidar”.
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