La ministra de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación, Arancha González Laya, considera "injusto" que se diga que España reaccionó tarde a la emergencia del coronavirus y cree más bien que todo el mundo subestimó la rapidez de transmisión del virus.
A su juicio, esto se debió tal vez a que otras epidemias pasadas, como las del ébola, el SARS o el H5N1 estuvieron "muy localizadas" y ahora "no ha sido el caso". "Hay un problema de expansión que no vimos", ha dicho en una entrevista en la radio suiza RTS, recogida por Europa Press.
González Laya ha insistido en que el Gobierno español ha seguido en cada momento las recomendaciones de las autoridades sanitarias mundiales, españolas y europeas y que otros países europeos siguieron celebrando grandes eventos públicos cuando España ya había dejado de hacerlos.
La ministra ha defendido que en España se empieza a ver "una estabilización" de los contagios, las hospitalizaciones y las llegadas a las UCIs pero ha admitido que "lamentablemente aún no se ha visto completamente el descenso de la curva".
Suiza es uno de los países que, en contra de la tendencia europea, no ha adoptado medidas estrictas de confinamiento, pero la ministra española ha señalado que corresponde a cada país decidir su estrategia y que ella no va a "dar lecciones".
No obstante, cree que lo que todos los países sí tienen en común es que tendrán que poner la economía "en hibernación" y luego incurrir en "gastos públicos en cantidades astronómicas" para reactivarla. También la necesidad de una gran cooperación internacional público-privada para encontrar una vacuna.
Preguntada si en España los sectores económicos presionan para volver a la normalidad, ha señalado que el Gobierno español se sentó con los actores económicos y los sindicatos y que acordó con ellos las medidas para 'congelar' la economía y luego 'descongelarla', pero ha reconocido que "la ralentización económica hace daño".
SOLIDARIDAD, NO CARIDAD
En el plano económico, ha insistido en reclamar la solidaridad de la UE, con el argumento de que "una unión es una solidaridad de hechos y debe demostrarse aun más en momentos de crisis brutal como la de hoy".
"No se trata de caridad, todos los países estamos afectados por una parada económica masiva", ha señalado. Además, ha afirmado que los españoles siguen siendo partidarios de la construcción europea, pero que el europeísmo también hay que "alimentarlo" y que los ciudadanos están pendientes de las decisiones que toman todas las autoridades.
González Laya ha confiado en que la epidemia no acabe provocando un mayor nacionalismo, porque cree que retos como el aprovisionamiento o protocolos de respuesta sanitaria se hacen mejor con medidas internacionales.
Así, ha señalado que los países que han tratado de acaparar productos en vez de exportarlos luego han visto que también tienen que importar, de manera que se ha "descubierto la necesidad de tener reglas de comercio internacional más serias y sólidas".
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