El impacto que la crisis del coronavirus tiene en el turismo, con la cancelación de viajes y cierre temporal de establecimientos de hostelería, preocupa a los empresarios de playas de Andalucía, que afrontan un verano "incierto" y temen las consecuencias de esta situación en el empleo del sector.
El presidente de la Federación Andaluza de Empresarios de Playas (Faeplayas), Norberto del Castillo, ha manifestado a Efe que la Semana Santa, considerada el "termómetro" sobre la evolución de la temporada turística alta, ya prácticamente la daban por perdida antes de que se cancelaran las procesiones.
Las medidas para contener la propagación del virus se han adoptado en un momento del año en el que muchos turistas suelen reservar sus vacaciones de verano, y aquellos que ya lo habían hecho y las anulado "puede que este año al final decidan quedarse en sus casas", ha explicado.
"Puede ser un año catastrófico para el sector", ha manifestado Del Castillo, quien ha argumentado que "habrá que esperar a que los países permitan viajar" y las aerolíneas vuelvan a funcionar con normalidad para que los ciudadanos se animen a disfrutar de sus vacaciones.
En Andalucía existen unas 2.000 concesiones de playa de las que aproximadamente la mitad son chiringuitos y que emplean en el inicio de la temporada alta a unas 27.000 personas, cifra que se eleva a unas 40.000 en los meses de mayor demanda, ha detallado.
"Son establecimientos que tienen una demanda alta en un momento determinado", por lo que esta crisis puede tener un impacto "muy grande" en el empleo, ha avisado el presidente de Faeplayas, que espera que las administraciones establezcan medidas para ayudar a las empresas y trabajadores afectados.
Actualmente, existe una "incertidumbre terrible" porque se desconoce cuánto tiempo tardará en "normalizarse" la situación, ha indicado.
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