El ministerio de Sanidad de Singapur examina a más de 2.000 pasajeros a bordo del crucero italiano Costa Fortuna que arribó este martes a la ciudad-Estado ante el temor de que alguno de los viajeros sea portador del nuevo coronavirus.
Antes de desembarcar, todos los pasajeros serán sometidos a diferentes tipos de análisis y en el caso de encontrar a personas que presenten fiebre u otros síntomas serán sometidos a un análisis para detectar si padecen COVID-19, apuntaron el lunes las autoridades portuarias.
El pasado viernes, las autoridades tailandesas denegaron el acceso del navío, que partió de Singapur el pasado 3 de marzo, al puerto de la ciudad costera de Phuket, una medida que replicaron al día siguiente las autoridades malasias en el estado de Penang.
Fuentes de la compañía aseguraron a Efe que "no existe ningún caso sospechoso (por COVID-19) en el barco", cuyo atraque fue rechazado por Tailandia y por Malasia a raíz de "las restricciones introducidas por estos países a las personas procedentes de Italia".
El Costa Fortuna tenía previsto llegar hoy a Singapur, donde se han confirmado hasta el momento 160 infectados por el nuevo coronavirus, mientras que la compañía naviera anunció la cancelación de otro viaje que iba a partir este martes de la ciudad-Estado.
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