El Ayuntamiento ha iniciado el expediente para la adjudicación en régimen de concesión administrativa del restaurante El Bosque, un equipamiento de su propiedad que permanece sin actividad desde finales de 2017, una vez que venció el contrato anterior.
No es la primera vez que el Consistorio trata de encontrar emprendedores dispuestos a hacerse cargo de la gestión de este conocido restaurante.
Lo que llama la atención ahora es la considerable rebaja que se ha aplicado al canon que se pretende cobrar por la cesión, motivada fundamentalmente por el deterioro que ha acumulado el edificio en estos dos últimos años.
Así, mientras que en el pliego de condiciones que se publicó en 2018 se pedían 1.186.098 euros (sin IVA) por una concesión a 25 años, ahora esa cantidad se ha reducido hasta los 636.672 euros.
Eso sí, el adjudicatario tendrá que hacer frente a una serie de obras que permitan la reapertura del establecimiento, que ha venido siendo objeto de saqueo y vandalismo desde que revertió en manos municipales.
Una vez adjudicada la concesión administrativa del restaurante, el empresario que se haga cargo del mismo tendrá que sustituir o reparar parte del forjado que conforma tanto el techo de la planta sótano como el de la planta baja, ascendiendo la superficie total aproximada de esta intervención a 280,65 metros cuadrados.
Además, deberá asumir la colocación de nuevas instalaciones eléctricas y de aire acondicionado. De igual modo, tendrá que reparar la instalación de fontanería, reponer ventanas y cristales rotos, sanitarios y grifería, falsos techos, tapas de arqueta y el cerramiento que se encuentre en mal estado.
A esas actuaciones se sumarán todas aquellas que se estimen necesarias para la puesta en servicio del restaurante.
En el propio pliego de condiciones, el Ayuntamiento reconoce que el estado de conservación de la edificación “ha empeorado” fruto de los actos vandálicos que se han venido observando en estos últimos años.
Se incide en el estado de parte de los forjados que conforman tanto el techo de la planta baja como el de sótano, que se encuentran “en mal estado”.
En el techo de dichas zonas se aprecian humedades y desprendimiento del hormigón que recubre la armadura inferior de los nervios que conforman el forjado. En las referidas zonas se encuentra a la vista la armadura de redondo de acero de los nervios, presentando un evidente y avanzado proceso de oxidación.
En el inmueble se aprecian porciones de forjados en mal estado, humedades en paredes y techos producidas tanto por filtraciones por cubierta y fachada como por capilaridad, ausencia de maquinaria del sistema de aire acondicionado y de instalación eléctrica por robo o vandalismo, desprendimiento del falso techo de escayola del salón principal, falta de sanitarios en la zona de vestuarios, falta de azulejos de alicatado en algunas zonas, falta de termo eléctrico en uno de los aseos, cristales rotos o ausencia de los mismos en algunas ventanas, falta de algunas ventanas o falta una reja en una de las puertas de acceso a la cubierta, entre otras muchas carencias.
Todo ello se acompaña de un amplio catálogo de fotografías del estado en el que se encuentra actualmente el restaurante que pone de manifiesto el abandono del que ha sido objeto desde que expiró la concesión anterior.
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