La tribuna de El Puerto

Los experimentos con gaseosa

Francamente, entiendo que la educación es un valor que en manos equivocadas se convierte en arma, en herramienta de adoctrinamiento

Publicado: 06/03/2020 ·
09:54
· Actualizado: 06/03/2020 · 09:54
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Viva El Puerto

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Alejandro Merello

Ya les he hablado en alguna ocasión del sistema de ensayo y error. Ya saben: probar alternativas hasta dar con la solución adecuada a un problema. Ya sé que me remonto a tiempos pretéritos, pero es que me sorprendió la recomendación de unos de los de ensayos y errores de Pedro Sánchez, Maxim Huertas, ex ministro de cultura.

“El ensayo” más mediático de Sánchez entrevistó a una víctima de abusos sexuales en su programa, “A partir de hoy”. Y ahora, entiendo aún más positiva su renuncia al cargo de ministro, pues vean ustedes su ocurrencia: Al personaje no se le ocurre mejor idea que proponer que a los niños pequeños, como medida preventiva, se les enseñe que es “por ejemplo, una felación”.

¿Qué ocurrencia no propondría este señor si se tratara de prevenir los malos tratos?, ¿darle un par de puñetazos a los niños pequeños? Juzguen ustedes....  Menos mal que el entrevistado, con más argumentos que el ex ministro, aconsejó que a los pequeños se les expusiera como referencia tomar las partes que cubre el bañador como zona personal.

Francamente, entiendo que la educación es un valor que en manos equivocadas se convierte en arma, en herramienta de adoctrinamiento. Puede, que ese sea el trasfondo del conocido “pin parental”, evitar que los valores sean utilizados como arma.

Que la propuesta en sí puede encerrar otras intenciones, no lo sé… esto de lo políticamente correcto, me parece un poco cansino. Y a mi, este señor Huerta, se me asemejaría más a un mono con dos pistolas que a un educador, propiamente dicho. Menos, un ministro de cultura.

Esto de la prueba y ensayo está bien en ciertos campos en los que el ensayo no implica unos daños colaterales que van más allá de los asumibles. En política, los daños colaterales se traducen en mermas, de ahí el dicho: “los experimentos, con gaseosa”.

De la igualdad, mejor no hablamos, poco a poco llegaremos a ella, eso sí, dando tumbos. Si, tumbos, ¿de qué se extrañan? Una consecuencia lógica de llegar a casa borracha... y sola.

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