Cierro, inquieta y desasosegada, el ‘Poema de Tobías Desangelado’ de Antonio Gala. Me invade el abismo. Repito, casi inerte, esos últimos versos, que parecen reflejar la historia de mi propia supervivencia: “Sucede siempre así. De un manotazo borraste la palabra. Llegaba a la escalera de salida cuando te interpusiste entre ella y yo. Centelleó tu mirada y con trémula voz me preguntaste: ¿Adónde vas sin mí? El universo entero se detuvo”. Una y otra vez, incesantemente, me conduce con violencia, mentiras y promesas rotas a continuos callejones sin salida. No hay tregua, él me aniquila, yo le justifico. Él me grita, yo le suplico. Él se crece, yo me arrincono. Él omnipresente y triunfante, yo diminuta e incorpórea. Ahora me asomo en el silencio de los espejos. Ya no me reconozco. ¿Cómo he llegado a esta situación? Tímidamente me respondo: No puedo continuar así…Quitarme el “maquillaje” implica invertir mis escasas fuerzas en desgarrar esta dependencia corrosiva. Arrancarme las vendas, me exige renacer, levantarme de las cenizas… escapar. Supone, simplemente, darme, a mí misma, una oportunidad, para respirar, para vivir…Abro la agenda. Busco decidida aquel teléfono que un día apunté, previendo que, en alguna ocasión, lo necesitaría. Marco el 016… El establecimiento de la llamada parece interminable. Contestan: Instituto de la Mujer ¿dígame?... He tomado la decisión, quiero que me escuchen, me apoyen, me comprendan, que no me juzguen ni me hagan sentir culpable, quiero dejar de sentir dolor físico y emocional, necesito descansar y encontrarme conmigo misma, en algún lugar… A partir de este momento, tarde o temprano, quizás mañana, sonreiré. La Violencia de Género no es un comportamiento natural o biológico. Los factores socio-culturales han reforzado la violencia contra las mujeres. Esta es la herramienta de control social, de dominación y de sometimiento que ha estado utilizando el patriarcado, intentando amenazar a la mujer, relegarla a un segundo o enésimo plano e invisibilizándola. Cada gesto de apoyo, sororidad y ciudadanía hace que avancemos. Apostar por la formación es la diana de la prevención. Hoy, 3 de marzo, tendré la oportunidad de colaborar, nuevamente, con el IES Tres Molinos de Villanueva de los Castillejos en sus Jornadas de Prevención y Sensibilización contra las Violencias Machistas 2020. Dos sesiones de 2 horas, cada una, con el alumnado de 4º ESO y FPB. Y la tercera, de 3 horas, para el profesorado, Ampas, responsables políticas/os y de las asociaciones sin ánimo de lucro. Una decisión del equipo directivo, dirigido por Mª Teresa del Valle, y de secretaría, con Sonia García, no sólo muy acertada e idónea, sino eficaz, eficiente e inclusiva, puesto que abre la actuación a las/os agentes clave de socialización del municipio. Las zonas rurales requieren de una mayor inversión y apoyo para el desarrollo de acciones preventivas, puesto que socavar y erradicar estereotipos, prejuicios o las complicidades con el machismo necesitan de un compromiso permanente debido a la falta de anonimato, la escasez de recursos locales, la idea errónea de que son problemáticas de ámbito privado o doméstico, o el miedo al conflicto… Elie Wiesel, Premio Nobel de la Paz (1986) nos insta a que: “Ante las atrocidades tenemos que tomar partido. El Silencio estimula al verdugo”. ¡Gracias por sembrar eutopías!
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