La Gatera

El escultor de Nefertiti

Al busto de Nefertiti le ha rodeado siempre un halo de misterios que han sido quizás la causa de esa atracción que siempre ha suscitado entre el público general

Publicado: 04/03/2020 ·
21:11
· Actualizado: 04/03/2020 · 21:11
Autor

Rosa G. Perea

Rosa G. Perea es escritora. Es cofundadora del Club de Lectura del Ateneo de Sevilla y editora en Almuzara

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Como escritora, editora y colaboradora en medios de comunicación, Rosa G. Perea habla de todo, predominando la cultura

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Al busto de Nefertiti le ha rodeado siempre un halo de misterios que han sido quizás la causa de esa atracción que siempre ha suscitado entre el público general desde que  Ludwig Borchardt lo descubriera en 1912 en el taller de Tutmose. Misterio hasta en su nombre, que realmente no era el que conocemos, Nefertiti significa «la bella ha llegado», y es la denominación que ella misma escogió al convertirse en reina. Su nombre real es un enigma. Al igual que se desconoce dónde está enterrada, una de las últimas pistas que se siguieron apuntaban a una cámara desconocida del sepulcro de Tutankamón. Pero no se ha encontrado ni su momia ni su ajuar funerario. Durante la Segunda Guerra Mundial fue ocultada por deseo del propio Hitler. Primero en los sótanos del Reichsbank y en un refugio antiaéreo de Berlín. En 1945, ya con la guerra llegando a su fin y con el ejército soviético a las puertas de la ciudad, fue trasladada hasta una mina de sal de Turingia. Allí estuvo, junto a otras obras de arte y objetos expoliados hasta la llegada del ejército americano. Fue rescatada por los célebres Monuments Men.

Toda esta fascinación es la que ha llevado al novelista Juan Carlos García Reyes, experto en Historia, a recrear su última novela en el Antiguo Egipto, y concretamente en la historia de Nefertiti. Concretamente en las manos que elaboraron ese enigmático busto, de ahí el nombre de la obra: El escultor de Nefertiti.

“Tras la llegada del joven Amintu al Horizonte de Atón, la nueva ciudad fundada en el desierto por el faraón Akenatón, para trabajar a las órdenes del maestro escultor Tutmose, su vida cambiará al conocer a la mujer más fascinante de Egipto: Nefertiti. Conocerla será su mayor victoria; amarla su mayor derrota. Amintu vagará por el desierto intentando borrar su pasado, huyendo de una venganza cruel por parte del general de los ejércitos, Horemheb. El amor de Kasiva será su tabla de salvación.”

Una historia apasionante y apasionada, que una vez leída la última página nos hace entender el sentimiento que llevó a Borchardt a plasmar en su diario la imposibilidad de describir el hallazgo con las siguientes palabras: “No puedo describirlo. Hay que verlo”.

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