Llega el día de Andalucía y en él recordamos nuestra identidad y exponemos nuestros símbolos. Pero, yo me pregunto ¿Son las autonomías realmente la mejor forma de representar nuestra identidad? ¿Alguien piensa de veras que de no existir hoy día la Junta de Andalucía se perdería parte o gran parte de nuestro sentir o de nuestra esencia?
Con sinceridad, pienso que por mucha centralización que se produjese, nada podría enturbiar o disminuir la fuerza identitaria y personal de nuestras tradiciones y costumbres y nuestro patrimonio cultural y artístico.
Si nos ponemos realmente a cerrar cada vez más el círculo de la identidad y de la pertenencia, yo diría entonces que no me siento andaluz sino bajoandaluz, del eje geográfico Cádiz, Sevilla y Huelva.
Hasta el propio Federico García Lorca escribió en una carta a Fernandez Almagro, su propia percepción de lo que consideraba Andalucía y en la cual no contempló ni a su amada Granada.
Si cada uno se siente de un lugar u otro dependiendo de sus experiencias, sus infancias, etc., es realmente políticamente innecesario crear una "fábrica de políticos" para sentirnos parte o no de un lugar.
Yo no juzgo a quien se siente puramente andaluz y entiendo a quienes defienden ese sentimiento incluso a quienes rozan el andalucismo pero no entiendo que se siga defendiendo la obligación y falsa necesidad de la existencia de las autonomias en España.
Por poner un ejemplo, si en Andalucia gobierna el PP andaluz y el PP andaluz depende de las decisiones y los acuerdos del PP Madrid... ¿de qué sirve la autonomía? ¿No sería más económico para la nación ahorrarnos cientos y cientos de sueldos de políticos, asesores, etc.?
¿No sería más inteligente centralizar el poder y mostrar acuerdo o desacuerdo con nuestros votos, así como luchar por una buena representación y de calidad de los andaluces en el Congreso de los Diputados?
Las autonomías han cumplido su función que era , entre otras cosas, rescatar y en algún caso desarrollar y poner en valor las distintas identidades personales de cada región, y de quitarlas algún día, no creo que se produjese una pérdida de dicha identidad sino que habría que trabajar en un mantenimiento de la misma, ahorrándonos por el camino un dinero que podría ser invertido en los proyectos que desde distintas ciudades y distintos ayuntamientos son propuestos por la ciudadanía y sus representantes y están esperando su aprobación y su financiación.
En definitiva, que el 28 de febrero es un día muy especial para nosotros los andaluces pero no necesitamos a la Junta de Andalucía para recordárnoslo o para festejar que vivimos en el lugar más privilegiado de nuestro país, que es España.
¡Viva Andalucía, no la autonomía!
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