Según France 24, a finales de noviembre de 2019, cientos de agricultores franceses marcharon con sus tractores en dirección a París en demanda al presidente galo sobre la eventual supresión, cara a 2021, del herbicida glifosato para su agricultura y en protesta contra los Tratados con Canadá y Mercosur, que probablemente harían que aumentaran sus importaciones.
Sin embargo, a tres meses vista de la Cumbre Europea actual, hasta ahora muy pocos movimientos han surgido sobre el pretendido recorte salvaje a realizar sobre la PAC, el cual era “vox populi” al menos hace tres meses en los pasillos de Berlaymont, y por ende, en las principales Cancillerías europeas.
Y no se trataba de ninguna novedad. En el otoño de 2009, sobre en aquel entonces “borrador”, y según Efeagro, la Comisión ya deshojaba la margarita de reducir a partir de 2014 el presupuesto más cuantioso, cifrado en 2008 en más de 56.000 millones de euros, en detrimento de la creación de empleo, que años más tarde vimos abocado al fracaso.
Únicamente algunos medios sectoriales han hecho referencia a alguna renovada, pero reducida, presencia de agricultores y tractores en el centro de Bruselas con presencia española.
La verdadera pugna, al igual que en los tiempos de Napoleón, viene sosteniéndose en Andalucía y otros lugares de España con la masiva presencia del campo español, luchando hasta con sus propios aliados, hoy, procedentes del norte de Europa.
Y es que no puede evitarse el asalto a la memoria de este columnista durante su reciente presencia “in situ” en la Cumbre del Clima COP-25, aquellas declaraciones dirigidas en sentido crítico hacia otras potencias desaprobando exactas actitudes adoptadas por ellos mismos en la actualidad.
No hay más remedio, pues, que acudir a la solidaridad de los propios intereses en una Comisión donde nuestro protagonismo es ínfimo en el más amplio de los sentidos, convirtiéndonos si hace falta en duro fajador ante la probable complacencia de otros estilistas más depurados, evitando de esta forma vernos en una situación bastante incómoda, salvo que nos cobijemos, en su defecto, bajo alguna conjunción astral favorable situada en esos momentos en las proximidades.
Por ello, y al igual que en la Cumbre del Clima, probablemente se impondrán los poderosos, para un aplazamiento a la espera de amansen las agua, al ser en la UE más fáciles los contactos bilaterales fuera de escenarios oficiales.
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