Alejandro Merello
Permítanme que en esta ocasión recurra a la memoria, espero que esta no me juegue una mala pasada. Ya saben: esto de la capacidad de recordar es inversamente proporcional a los años que uno acumula. Habrán oído hablar estos días de la posibilidad de acercar posturas entre el Partido Popular local y Vox, para alcanzar un acuerdo que posibilite la aprobación de los presupuestos municipales.
Recuerdo como Antonio Fernández (teniente de alcalde con David de la Encina) se afanó en conseguir un acuerdo semejante con el Partido Popular, al que yo entonces también representaba en el Pleno Municipal.
Y recuerdo -qué le voy a hacer si lo hago- como el Sr. Fernández acusaba, en sesión plenaria, a nuestro entonces portavoz y actual alcalde, Germán Beardo, de supeditar ese apoyo a la concesión de su liberación… bueno, la suya y de la mitad de su vice portavoz. “Liberar” a un concejal, si me permiten la explicación, significa concederle un sueldo semejante al de un concejal con delegación de gobierno sin tenerla.
Vamos, en este caso, cobrar un sueldo sin tener obligaciones de Gobierno. Recuerdo -qué le voy a hacer si lo hago- que le pregunté a Beardo por semejante acusación, recuerdo también, que me negó la mayor.
Pero también recuerdo que, a pesar de mi insistencia, se escudaba en que “era mejor no entrar al trapo”. Pero el Sr. Fernández, para los que no lo conozcan, se aferra bien a su verdad. Y así lo hizo y recuerdo que le arrojó de nuevo la misma acusación en la siguiente sesión plenaria.
Y recuerdo -qué le voy a hacer si lo hago- que le protesté a Beardo, pues no me parecía bien que, si esa acusación era infundada, no se defendiera de semejante ofensa… y recuerdo -qué le voy a hacer si lo hago- que insistió, una vez más, en “no entrar al trapo”.
¿Qué le voy a hacer?, tengo la costumbre de creer en los míos, al menos hasta que me demuestran que no lo son. Así que, en un cruce de pasillos y abusando de la correcta relación que mantenía con el Sr. Fernández, le pedí que no se aferrara a esa infundada denuncia.
Recuerdo -que le voy a hacer si lo hago- que lejos de esquivar mi invitación, me retó a preguntar una vez más a mi portavoz. Y le da a uno por atar cabos… Ahora, que la dádiva de “liberar” recae sobre el otro lado del Pleno, ¿se la habrá ofrecido Beardo al portavoz de Vox? Y si es así, me asalta una duda: ¿Habrá ofrecido también la media liberación para Leocadia?
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