Andrés Ruiz (1974) tenía 19 años cuando se adentró en el Carnaval, con un grupo de amigos en el que uno de ellos, natural de San Fernando (Cádiz), les animó a vivir una fiesta de la que se enamoró y ha defendido siempre.
Tanto, que impulsó la creación de la Federación Provincial de Asociaciones Carnavaleras y la presidió ( 2010), ante el declive que estaba viviendo la fiesta. “Nuestro afán era hacer un Carnaval vivo, que tuviera auge. Buscábamos que la gente participara y se diera a conocer la fiesta, que no son sólo personas con caretas o disfraz, sino comparsas y chirigotas que se preocupan por investigar para sus letras, música y disfraces”, explica.
Durante tres años, la Federación se encargó de la organización, con la peculiaridad de la puesta en marcha de la ‘aceitada’, que invitaba a salir a la calle y escuchar a las agrupaciones en sus actuaciones.
A pesar del esfuerzo que supuso la puesta en marcha de la Federación, no sobrevivió. “Todo el mundo quería opinar, pero trabajar poco. Quienes impulsamos la Federación dimos un paso atrás. Quienes se quedaron, no duraron ni un año. El problema que tenemos en el Carnaval es el protagonismo de las personas. No se lucha yendo todos a una. Fue el fin de la Federación”, lamenta.
Concursó como comparsa en 1993, pero no fue hasta 2007 cuando nació la Asociación ‘El Revuelo’, donde cantaba como tenor. En 2009 concursó con una agrupación propia, ésta fue, ‘Los del 3x4’, con la que estuvo actuando hasta el año 2013. “Con la comparsa fuimos de menos a más. El primer año quedamos terceros en Jaén. El segundo y tercer año, ganamos los segundos premios. En los concursos de Torredonjimeno y Martos ganábamos primeros premios”, recuerda.
Nombres como ‘Las manos del tiempo’, ‘La Herencia’ o ‘Abre los ojos’, ésta última con la que cerró su etapa en la comparsa, lo han posicionado en el Carnaval de Jaén. “El último año como fuimos muy preparados en música, letras y voces. Fuimos reconocidos con primeros premios por los concursos que pasamos”, agradece. Recuerda “los nervios del concurso”, antes de que se abriera el telón y hacer la presentación. “Disfrutaba con la gente animándonos desde el patio de butacas. En la calle, recuerdo el mano a mano con los jiennenses, cantándoles a la cara. Era un gustazo. Lo echo de menos”, reconoce.
Le tocó vivir una etapa de poco apoyo a la fiesta. “Desde el Ayuntamiento nos decían, ahí tenéis el teatro y las agrupaciones nos buscábamos la vida. Daba la casualidad de que llegaba el PSOE y le daba un achuchón al Carnaval y llegaba el PP y, lo que se había ganado, se perdía. La Federación, independientemente del color político del Ayuntamiento, debería haber seguido haciéndose cargo del concurso, el pasacalles y la aceitada. Hoy se celebraría otro Carnaval, no como ahora, que cada uno está haciendo lo suyo y, así, difícilmente se puede conseguir algo”, dice.
Apunta que el Carnaval “debe tener un espacio de verbena”, ya que “no cuesta mucho dinero montar una fiesta y que la gente participe y se olvide de los problemas”. Reconoce que “la calle ha fallado” algunos años. “Las agrupaciones hemos tenido mucha culpa al obsesionarnos con los concursos”, dijo. Este año es miembro del jurado. “Las puntuaciones han estado muy igualadas en las semifinales. Me ha sorprendido el alto nivel de las agrupaciones”, reconoce.
Lamenta que “hay un porcentaje muy bajo de personas que se sienten desde la primera actuación y aguanten hasta la última” porque “el público es, mayoritariamente, familia de quienes actúan”.
Termina: “Cuando la agrupación abandona el escenario, el teatro se queda vacío. Es triste cantar a un patio de butacas sin público. No sé cómo hacerlo, pero es algo que hay que cambiar”.
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