El Santísimo Cristo de la Defensión se reencontró este domingo con su historia al hacerse presente en la Cartuja coincidiendo con el 225 aniversario de su llegada a este monasterio después de remontar el río Guadalete desde El Puerto de Santa María.
La de este domingo fue por tanto una jornada realmente inédita, ya que nunca antes el crucificado de Esteve Bonet había regresado al lugar en el que fue bendecido.
La imagen presidió un solemne Vía Crucis que arrancó junto a la capilla de Caminantes y finalizó ante la portada de la iglesia, ofreciendo unas estampas de extraordinaria belleza y singularidad.
Una vez en el interior del templo, el crucificado quedó emplazado en el lugar en el que las crónicas cuentan fue bendecido el 17 de febrero de 1795.
Esa misma posición ocupará este lunes a las 17.30 horas cuando se inicie una solemne eucaristía conmemorativa del 225 aniversario de la bendición de la imagen.
Será una misa celebrada conjuntamente con las Hermanas de Belén, que es la comunidad que ha dado continuidad a la vida contemplativa en el monasterio de la Cartuja.
Una vez que finalice la eucaristía se formará un cortejo de hermanos para trasladar al Cristo de la Defensión hasta la fachada principal de este conjunto monumental.
Desde la cofradía se insiste en recomendar a las personas que quieran acudir a este acto la utilización del transporte público, dada la dificultad que existe en el exterior del monasterio para el estacionamiento de vehículos privados.
El Cristo de la Defensión llegó a la Cartuja el 16 de febrero de 1795 procedente de Valencia. Se utilizó la vía marítina hasta El Puerto de Santa María, remontándose posteriormente el Guadalete.
Tras su bendición, el crucificado permaneció en el monasterio hasta el 5 de marzo de ese mismo año, fecha en la que fue trasladado al antiguo convento de Capuchinos a hombros de 24 mozos revestidos de túnicas moradas.
Ese día se celebrará una eucaristía en la Cartuja.
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