Así, según señaló Cáritas Huelva “pese a las políticas de contratación en origen y la dificultad cada vez mayor para encontrar trabajo en las campañas, estos jóvenes permanecen acampados, esperando una oportunidad para trabajar”, a lo que añadió que “la mayoría carecen de documentación, aunque hay algunas decenas que sí la tienen, y aún así no encuentran trabajo”.
Por otro lado, indicó que “tradicionalmente, los asentamientos desaparecían una vez terminada la campaña de la fresa, a finales de junio”. “Este año, sin embargo, dos centenares de personas han permanecido en la provincia, en parte porque otras campañas no han podido absorber esta mano de obra”, lo que supone “la presencia permanente de personas en los asentamientos, que pasarán el invierno en los campos, lo que acarreará nuevas problemáticas”.
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