El tiempo pasa inexorablemente sin que algunas cuestiones terminen por solucionarse, por más que se coleciones fracasos y polémicas. Asuntos que no tienen un final feliz aunque se hayan creado grupos, mesas de reuniones y demás burocracia que no encuentra el camino deseado.
Hace años que se habló de la playa canina como fuente de turismo, para dar un espacio para los amantes de los animales en algún sitio de los kilómetros que tenemos de playa. También se habló de más parques caninos.
Ya saben, en El Puerto solo hay uno en Valdelagrana a pesar que en la ciudad tenemos más de 15.000 perros censados. Algo falla. Recordarán el patético final del centro de protección animal, el que costó y se tiró de dinero público más de 150.000 euros y que sigue inhabilitado en Las Viñas.
Se adaptó otro en el polígono, el también conocido como “perrera municipal” por los propios colectivos animalistas y donde se encontraron incluso unos gatos muertos dentro de frigoríficos... Tal y como informamos en estas mismas páginas, ahora, el parque del Vino Fino, el que ha estado funcionando como parque canino, ya no se puede soltar a las mascotas tal y como venía pasando en los últimos años.
A falta de adaptación como tal, ahora se aplica sin rubor la ordenanza municipal sin anuncio previo, aunque haya sido el Ayuntamiento que en su ineptitud no haya solventado el entuerto.
A vuelta a su actualidad, la polémica otra vez se torna sobre el asunto animal y el trato que desde el Consistorio se le viene dando al respecto. La ordenanza es ley municipal, cierto. Los compromisos políticos y las demandas también debieran serlo.
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