Con apenas siete largometrajes en su haber, el cineasta, escritor, productor y músico bosnio Emir Kusturica es una de las figuras más reconocidas del cine europeo actual y cuenta con una verdadera legión de admiradores en los circuitos del cine independiente, en los que películas como Gato negro, gato blanco o Underground, se han convertido en verdaderos clásicos. Cuatro años después del estreno de La vida es un milagro, su último trabajo de ficción hasta la fecha, Kusturica regresa a la dirección con Prométeme, un film inclasificable con el que participó en la Sección Oficial del Festival de Cannes el pasado año.
Ambientada en un pueblo cercano a Belgrado, Prométeme narra la historia del niño de doce años Tsane, que viaja a la gran ciudad para cumplir el último deseo de su abuelo: que venda la vaca y se busque una esposa. Pero el joven Tsane no está habituado a la vida en la capital, y pronto se mete en líos al defender a una prostituta de un jefe mafioso que la explota.
Protagonizan la cinta los debutantes Uros Milovanovic y Marija Petronijevic, junto con el habitual del cine de Kusturica Miki Manojlovic, al que vimos recientemente en la comedia dramática Irina Palm.
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