Stanley Kubrick se equivocó. La Odisea iba a ser en 2019, no en 2001. En la tierra, y no en el espacio. El año que despedimos ha sido de traca. Algunos de los hechos acontecidos no los habría imaginado ni el propio director y guionista estadounidense.
De lo global a lo regional, ha sido increíble. De la apertura de un procedimiento de destitución a un presidente de EEUU por pedir -nada más y nada menos- a su homólogo de Ucrania, que investigue a su rival demócrata, hasta el cambio político en Andalucía y la sentencia de los ERE, pasando por Brexit, Cataluña, elecciones en España y la consiguiente (no) formación de Gobierno, el incendio de Notre Dame, el cambio climático, el final de Juego de Tronos, y un largo etcétera que hace de 2019 un tenso año de transición, ya que la mayor parte de estos grandes acontecimientos se resolverá en 2020.
El mundo ha agitado las relaciones internacionales. Las ha metido en una coctelera, y ha servido un extraño combinado. Ahora, el inquilino de la Casa Blanca coquetea con Moscú y Pyonyang, en un nuevo escenario que apunta a China como la primera superpotencia mundial. Eso sí, como es tradición, la Vieja Europa con sus problemas intestinos mientras la Pérfida Albión mantiene su espléndido aislamiento de la mano de un líder, sacado también de algún comic.
En España, hemos gripado el motor de la fiesta de la democracia. Nos hemos acostumbrado a votar, y a esperar. También, entre nuestros líderes nacionales, hemos visto extraños amantes que se rechazaban -cual canción de Pimpinela- sólo unas semanas antes, y alguno que se ha quedado en el trayecto, y se ha ido con la música a otra parte.
Y en Andalucía, ¡ay, la Andalucía de nuestras entrañas! Tenemos chico nuevo en la oficina. Se llama Juanma, y es divino, pero poco más. El cambio no se ha trasladado aún a la sociedad andaluza porque, entre otras cosas, no ha dado tiempo. Así, pues, habrá que esperar a 2020 para comprobar si lo prometido sigue siendo deuda. Los anales también escribirán ERE en mayúscula cuando busquen efemérides en 2019. La sentencia dejó al PSOE andaluz grogui, dando tumbos en la lona a la espera de lo que pase el año venidero.
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