Agentes de la Policía Nacional han liberado en Sevilla a siete mujeres que estaban siendo explotadas laboralmente, todo ello en un operativo en el que además han sido detenidos cinco miembros de la red criminal cuyos líderes eran un grupo de españoles y nicaragüenses, perfectamente estructurados, dividiendo su actividad delictiva en dos fases, la de captación en nicaragua, país de origen y por otra parte la fase de transporte y alojamiento ya en España. La Autoridad Judicial decretó prisión para dos de los detenidos.
La investigación comenzó tan pronto como los agentes tuvieron conocimiento de la existencia de una organización criminal que captaba a víctimas en Nicaragua, bajo la promesa de venir a España y conseguir un trabajo digno como empleadas de hogar.
Les compraban un billete de avión destino París y de allí a Bilbao, y les suministraba dinero en efectivo para realizar el cruce de la frontera, con el fin de garantizar su entrada como turistas, debiendo devolverlo íntegramente a su llegada a Bilbao. Además les obligaban a firmar un contrato en Nicaragua, en el que la organización se quedaba con las viviendas de las víctimas e incluso la de sus padres, si no se saldaba la deuda adquirida, retirándoles las escrituras de las viviendas con las que se avalaban el pago.
Nada más aterrizar en España, eran informadas de que la deuda adquirida llegaba a superar los 7000 euros, siendo aceptadas por las víctimas, ya que si no lo hacían perdían sus casas.
Hasta aquí la primera fase, de captación mediante el engaño y el abuso del estado de necesidad de estas mujeres, dando comienzo la segunda fase.
Transporte y alojamiento en España
Las víctimas desde el País Vasco eran llevadas a la capital andaluza, engordando así la deuda. Una vez en Sevilla se alojaban en domicilios de la barriada de las Tres Mil Viviendas, donde podían convivir hacinadas hasta más de 15 chicas, pagando mensualmente 100 euros cada una, hasta que conseguían trabajo.
La organización cobraba a las víctimas por cualquier gestión, como por ejemplo, el alquiler de la cama, donde podían pernoctar en la misma habitación 8 ó 9 mujeres. También les cobraban por poner anuncios en páginas de Internet gratuitas (tenían prohibido hacerlo de manera particular para poder encontrar trabajo), por presentarse a una entrevista de trabajo, que la organización había concertado, llegado a cobrar hasta 100 euros por cada una de las entrevistas, no importando si eran seleccionadas o no para el trabajo; e incluso por cada uno de los traslados, impidiéndoles tener autonomía a la hora de moverse, pues cada paso que daban tenía que ser guiado por el conductor de la organización.
Una vez seleccionadas para trabajar como internas en algún domicilio, tenían que abonar 500 euros, para ir saldando la deuda, y a pesar de estar internas, tenían que seguir abonando mensualmente el alquiler de la cama donde pernoctaban en las viviendas de la organización.
Operativo Nicarama, siete mujeres liberadas
Fruto de las gestiones de investigación, los agentes localizaron y liberaron a siete víctimas, que denunciaron estos hechos en sede policial, y detuvieron a cinco personas, a los que se les imputan los delitos de trata de seres humanos con fines de explotación laboral y pertenencia a organización criminal, que ya pasaron a disposición de la Autoridad Judicial , ordenando prisión provisional para dos de los detenidos.
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