Polémica es lo único que no necesita la fiesta jerezana por excelencia, desde hace ya varios años, que es la zambomba. Polémica cero. Ideas todas. Sugerencias las que se quieran e incluso algunos ajustes necesarios y precisos para que la marca Jerez siga sumando y no restando. Jerez en Navidad es y debe seguir siendo un patrimonio único e intransferible que todos los jerezanos debemos apoyar, con sus ventajas y también con sus inconvenientes. Desde finales de noviembre hasta el día 24 de diciembre se mueve un dinero muy importante, que lo saben los hosteleros, los restauradores, los grupos que se forman, los artistas de siempre y también los colectivos, llámense como quieran, que apuestan por esta genuina forma de entender y vivir la Navidad para acercar dinero a sus arcas, arcas que en muchos casos sirven para hacer obras sociales de las que tan necesitada está nuestra ciudad o para acoger a colectivos que necesitan de una inyección económica para sus actividades a lo largo del año, como por ejemplo el salesiano Futuro Abierto que está haciendo un auténtico maratón este año para allegar fondos a sus fines, que no son otros que los jóvenes, que los niños del colegio y de su entorno. La Navidad según Jerez es algo que no se puede copiar. Se puede exportar y se está exportando porque nuestros artistas, los de Santiago y San Miguel, los de La Asunción y los de los cuatro puntos cardinales de nuestra geografía urbana, son contratados por toda Andalucía y fuera de nuestras fronteras autonómicas para que lleven el son de nuestros villancicos. Es una industria en todo el sentido literal de la palabra la que se pone en marcha en este mes último del año, una industria flamenca, una industria jerezana que hay que potenciar y el Ayuntamiento está por la labor y a la que hay que ayudar, más allá de entrar en polémicas que, ciertamente, no tienen excesivo recorrido. Los servicios de limpieza están haciendo un trabajo fantástico, no ha habido incidencias que lamentar, y ojalá que siga así, el lleno en la ciudad es espectacular, la vivencia en las calles es extraordinaria y da gusto estar y pasear por cualquier rincón de la ciudad. Pensemos en Jerez y en su proyección.
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