Atando Cabos

Desde casa y con amor

Lo que más dolió a María fue cómo la miraron en su propia casa, cuando tan ilusionada, les muestra su primer libro con su nombre

Publicado: 11/12/2019 ·
09:23
· Actualizado: 11/12/2019 · 09:23
Autor

Remedios Jiménez

Licenciada en Historia, docente jubilada, integrante del Aula Atenea del Ateneo de Jerez y de varios clubes de lectura

Atando Cabos

Una mirada sobre lo que nos pasa día a día, bajo los titulares de la incesante actualidad

VISITAR BLOG

Si hablo de María de la O Lejárraga. Habrá a muy pocos que le suene, pero Gregorio Martínez Sierra sí es posible que sea más conocido. Ambos se casaron a principios de siglo y empezaron a escribir juntos, hasta que, destacando María, Gregorio se dedicó a promocionar las obras teatrales que escribían. María era gran escritora y tímida, Gregorio tenía don de gentes, eran el tándem perfecto para tener éxito y así fue. Su matrimonio no evolucionó igual, ella mal llevó que él tuviera una amante y sólo se separaron cuando su marido tuvo una hija.

La colaboración autora-promotor continuó  como siempre, hasta la muerte de Gregorio, quien tuvo el detalle de reconocer en su testamento que todas sus obras habían sido escritas a medias con su esposa (aunque en realidad el sólo ponía su nombre).

Todas las obras que habían escrito habían aparecido con el nombre de Gregorio Martínez Sierra como autor.

María se dejaría manipular por el amor del esposo, pero las cosas eran más complejas. Sólo publicó un libro como Lejárraga y al ver la reacción de sus familiares se juró a si misma que sería el último. De hecho, el noviazgo con Gregorio tiene éxito porque escriben juntos y la anima reconociendo su talento. Este agradecimiento hacia su pareja perdurará más allá de la relación. María no era ninguna tonta, fue feminista y militó como socialista en la República, momento en que podía haberse divorciado.

Lo que más dolió a María fue cómo la miraron en su propia casa, cuando tan ilusionada, les muestra su primer libro con su nombre en la portada. Por eso, aún muerto Gregorio, seguirá escribiendo  como María Martínez Sierra.

Ella nació en 1874 y murió un siglo más tarde. Pero la situación de la mujer en la familia no ha cambiado tanto. La dependencia afectiva sigue siendo la misma y las actitudes de las mujeres vienen condicionadas por ella. La ignorancia que opone feminismo a machismo hace que en muchos hogares las mujeres se declaren no feministas con el beneplácito de sus padres. Este antifeminismo de hogar es el que está recibiendo apoyos mientras que el feminismo educativo ve como las puertas del centro educativo de La Rinconada (Sevilla), pintadas de morado para celebrar el día contra la violencia de género, son quemadas esa misma noche.

 

Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN